Sr. Director:
Existe en nuestra sociedad, como en todas, personas a las que denominamos egoístas. Y en cierto modo todos somos egoístas, en el sentido literal de la palabra, porque a veces exaltamos nuestra persona. Esto suele ser algo pasajero, pero en otros casos es más patológico y, por tanto, más duradero.
Pero, para que sea permanente, socialmente tiene que ser algo camuflabe, porque sino el rechazo es frontal. De hecho, ellos suele tener la sensación de ser iguales en costumbres a un supuesto grupo mayoritario social, que les sirve como argumento para no reconocer que se disfrazan en lo que no son. La esencia está en conseguir hacer siempre lo que más les apetece y que esté dentro de sus posibilidades. Para esto utilizan a los que tienen alrededor, con argumentos baratos, que, si no son aceptados, suelen terminar en insultos y "ninguneando" a esas personas cercanas. El halo de pseudo-intelectual alrededor es fundamental, para poder justificar pseudo-racionalmente su conducta, "intachable socialmente". Es decir, que tienen varias caretas, que utilizan a su gusto.
Cuidado, no vaya ser que tengamos algo de esto, o tengamos a alguien cercano así.
Álvaro Gil
varetegil@hotmail.com