Sr. Director:
Gracias a la preparación ideológica servida por Amenábar, el ciudadano es ahora más proclive a la eutanasia. Pero, ¿es realmente un avance?
Entre las consecuencias logradas con esta ley se citan la emigración de ancianos holandeses hacia otros países donde esta práctica es ilegal, la muerte de enfermos en casa por temor a acudir a los centros sanitarios, la práctica indiscriminada de la misma sin contar con el consentimiento del paciente, la presión hacia los pacientes que representan una carga, para que acepten ser eutanasiados, la contratación de pólizas médicas en otros países, y, sobre todo, una sensación de indefensión y miedo, más o menos generalizada.
Final paradójico para una ley contra Dios, que pretendía acabar con el sufrimiento ante la muerte, y que ya lo está provocando en vida.
Eva Nordbeck
evan@auna.com