La opacidad de la operación molesta a los inversores.
Todo un canto a la prepotencia polanquil: una filtración en uno de los medios del propio Grupo PRISA (el económico Cinco Días) anunciaba ayer que inversores, instituciones y fondos americanos, principalmente, entrarían en el accionariado de la matriz del Imperio Polanco. No explicitaban cómo, ni quiénes, ni cuánto. El regulador bursátil, en lugar de abroncarles por una filtración interesada, perpetrada apenas horas después de que la banca española se inclinara ante el temible PRISA y le condonara tres años, hasta 2013, el crédito de 1.950 millones, decidió que había que analizar la operación, mientras suspendía la cotización.
¿Qué es lo que pretendía Janli Cebrián y los hermanos Polanco? Pues que una serie de fondos por una modalidad de ampliación-acordeón (de otra manera no entraría dinero fresco) se hicieran con el 50% del grupo aunque el actual equipo rector mantuviera el control progre-editorial del multimedia. Ahora bien, los fondos no son tontos y no están dispuestos a invertir 500 millones de euros en un grupo con una deuda de 5.000 millones si no pueden luego sacar beneficios en forma de venta de activos y, por su puesto, sin lanzar OPA.
Esta es una de las presiones sobre la CNMV: evitar la obligación de lanzar una OPA.
Seguimos esperando.
Eulogio López
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