Para estas investigaciones se usan habitualmente los embriones sobrantes de las fecundaciones artificiales. En realidad, las técnicas de fecundación in vitro se aceptan porque existe la presuposición de que el embrión no merece pleno respeto cuando está en competición con un deseo que hay que satisfacer. Esta triste realidad, a menudo silenciada, es del todo deplorable, en cuánto «las distintas técnicas de reproducción artificial, que parecerían puestas al servicio de la vida y que son practicadas no pocas veces con esta intención, en realidad dan pie a nuevos atentados contra la vida» (Dignitas personae Nº 15).
Recordemos que, en Argentina, el Congreso de la Nación tiene en estudio la legalización de la fecundación artificial, la técnica que le da pie a la aberración moral que autorizó Obama (Vid Notivida 579).
A continuación el texto de Declaración de la Corporación de Abogados Católicos:
La resolución del Presidente Obama, que autoriza la provisión de fondos federales para la investigación con células madres, a partir de embriones humanos, originados en laboratorios, que serían destruidos en el empeño, conmueve los cimientos de principios elementales que la humanidad debe respetar, como el derecho a la vida y a la dignidad de la persona.
Resulta una gravísima afrenta a la persona, que es siempre un fin en si mismo, considerarla, al comienzo de su existencia, como un producto de laboratorio, por mas altruista que parezca el objetivo de su utilización.
La Corporación de Abogados Católicos deplora enérgicamente la decisión del presidente Obama, con la complicidad de los científicos que lo avalaron, en cuanto autoriza e impulsa ese procedimiento, intrínsecamente ilícito.
NOTIVIDA
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