Sr. Director:
El espectáculo que en estos días nos esta ofreciendo la fiscalía lanzándose sobre el código penal en busca de un subterfugio para vestir de legalidad su... Bueno, no escribo lo que se me está ocurriendo porque, a ese miserable asesino de veinte y tantas personas decentes que es De Juana Chaos, le rebajaran la condena de 96 a 6 años poniéndolo en la calle a los 4 días, pero a mí, es probable que si escribo lo que se me está ocurriendo, me metieran en la cárcel para el resto de mis días, de todos modos, busquen ustedes los adjetivos que mejor les cuadre y, cuanto más gruesos más cerca estarán de mi pensar. Pero a lo que iba, esta actitud de la fiscalía ha traído a mi memoria la escena final de LOS INTERESES CREADOS de don Jacinto Benavente, esa en la que Crispín, cuando ha conseguido convencer a todos de lo conveniente que es para sus intereses, el que su amo don Leandro salga inocente y con honor de todos los delitos que se le imputan, pregunta al juez que instruye el caso. -Y ahora, Doctor, ese proceso, ¿Habrá tierra bastante en la tierra para echarle encima? Y el Doctor responde.-Mi previsión se anticipa a todo. Bastará con puntuar debidamente algún concepto... Vez aquí: donde dice... Y resultando que si no declaró... Basta una coma, y dice: Y resultando que si, no declaró... Y aquí: Y resultando que no, debe condenársele, fuera la coma, y dice Y resultando que no debe condenársele... Y Crispín exclama. - ¡Oh, admirable coma! ¡Maravillosa coma! ¡Genio de la Justicia! ¡Oráculo de la Ley! ¡Monstruo de la Jurisprudencia!
¿No les parece a ustedes que esta escena guarda cierto parecido con las escenas que nos está ofreciendo la fiscalía? Y yo me pregunto : ¿Cómo podemos los españoles con dos dedos de frente confiar en los fiscales, defensores en teoría del ministerio público, cuando vemos que estos están escudriñando las leyes para ver donde quitan, ponen o cambian de lugar una coma, para satisfacer los intereses personales y políticos del inquilino de la Moncloa? ¿Cómo podemos fiar de unas leyes, cuyo sentido varía según los intereses personales o políticos de quien presida el consejo de ministros? ¿Cómo pedemos fiar en una justicia que a un elemento que ha asesinado a más de 20 personas, que pidió langostinos y champán para festejar el asesinato del matrimonio Jiménez Becerril, que ha declarado gozar viendo la cara desencajada por el dolor de los hijos, padres, hermanos y amigos de los asesinados por ETA, que ha sido condenado a más de 3000 años esté buscando donde poner, quitar, o cambiar de lugar una coma para disminuir al máximo su condena? Montesquieu, que murió con Felipe González (Montesquieu está muerto, Alfonso Guerra dixit) que resucitó con Aznar, lo está volviendo a enterrar el señor ZP. ¿Es posible que todavía queden españoles que como Crispín, defendiendo intereses ajenos, exclamen alabando a los fiscales y a quienes los manejan, ¡oh, admirable coma! ¡Maravillosa coma! ... Etc.?
Juan Escribano Valero
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