Sr. Director:
El monasterio mozárabe de San Miguel de Escalada, único y referencia obligada en todos los manuales de arte, lleva seis años sin luz, entre otras carencias y deficiencias alarmantes. Las ruinas de la remarcable iglesia paleocristiana de Marialba de la Ribera se pudren entre tierras de labranza. La Catedral de León, primer edificio declarado Monumento Nacional en España en 1844 y que alberga el mejor conjunto vitral gótico de la Península Ibérica, se desmorona ante la pasividad, la desidia, la dejación y la falta de consignación presupuestaria durante los últimos años por parte de las Administraciones competentes. Edificios todos ellos sitos en la provincia de León.
La responsabilidad directa de estos hechos recae directamente en la Junta de Castilla y León, que es quien no paga los recibos, ni realiza las oportunas obras de consolidación, ni abre las correspondientes líneas presupuestarias para las obras de mantenimiento.
Pero los responsables políticos del Gobierno autónomo de Castilla y León, competentes exclusivos sobre el patrimonio de esta Comunidad Autónoma, están más ocupados en pedir cuentas al Gobierno central porque no cuida cierto patrimonio que, por cierto, no es de su competencia.
La Junta quiere crear comunidad dando lecciones manipuladas a los alumnos sobre la historia de estas tierras, que durante siglos estuvieron separadas por algo más que una "y", pero sigue relegando una y otra vez a León y, por supuesto, su patrimonio. A los leoneses nos gustaría que pelearan por nuestros monumentos con el mismo afán que han puesto en el Archivo Nacional de la Guerra Civil sito en Salamanca, que ni está abandonado ni corre peligro de ser destruido. Todo lo contrario de lo que ocurre en León.
Santiago Martínez
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