La primera década del siglo XXI pasará a la historia empresarial de España como aquélla en la que los constructores entraron en el sector energético. Eso sí, desconocemos el final: por ahora, los Entrecanales triunfaron en Endesa, no porque controlaran la compañía, sino porque dieron un pelotazo como para retirarse a Sotogrande, mientras el Gobierno italiano se hacía con el poder. Sacyr no ha tenido tanta suerte en Repsol y ha recurrido a los mexicanos y Florentino tampoco en Iberdrola. Y lo malo es que vino la crisis y le ha pillado en fuera de juego, algo que nunca debe sucederle al presidente del Real Madrid.
En concreto, la situación en ACS es angustiosa por su apalancamiento creciente. Los March, primeros accionistas de la compañía, que nunca entran en la gestión, han dado un segundo aviso a Florentino Pérez: hay que reducir la deuda a cualquier precio. Y lo malo es que Pérez no consigue vender activos sino gota a gota y no puede enajenar sus principales participaciones si no es a precio de risa. A ver, muchacho, el listado: ahora mismo, las minusvalías latentes de ACS por su 19% de Iberdrola se elevan a 1.495 millones de euros; por otros 751 millones en Hochtief y 222 en Abertis.
Y los bancos, sobre todo su principal prestamista, el BBVA, presiona: sólo en garantías adicionales por el derrumbe bursátil, sólo en Iberdrola, ACS se ha visto obligada a presentar algo más de 2.300 millones de euros. Además, hay que tener en cuenta que dos terceras partes de su participación en Iberdrola son derivados, que otorgan derechos políticos pero que conllevan un alto coste financiero (si se llegaran a ejecutar, mejor no hablar).
Y, lógicamente, por culpa de los mercados, que no de Florentino, la capitalización no ayuda. ACS se ha derrumbado en bolsa en lo que va de año un 28% frente al 22,5% del Ibex. Es la constructora que más cae en el parqué.
Los resultados del Grupo correspondientes al primer semestre se retrasaron hasta el 30 de agosto para que diera tiempo a consolidar Hochtief. Con un pequeño truco, legal, pero que no deja de ser un artificio contable. Consolidaron hasta el 30 de junio, pero junio es el primer mes con beneficio en la filial alemana, mientras llevan las pérdidas de los otros cinco meses contra el fondo de comercio. Insisto: legal, pero, a la postre, un juego de suma cero que terminará por aflorar. La mala situación de Hochtief agrava el problema de Florentino, que sólo es uno: el apalancamiento en todas sus inversiones, apalancamiento sólo remediable en el caso de que controlara Iberdrola y la troceara.
Si a todo ello le unen que el negocio típico de ACS, hoy ceñido al perímetro de la antigua Dragados, está plano...
A los March, que sólo hablan cuando resulta estrictamente necesario, se les acaba la paciencia. Exigen más enajenaciones, pero éstas llegan con cuentagotas porque el mercado no se mueve o exige vender barato.
De ahí ha surgido -again- el rumor de que Florentino Pérez podría abandonar la línea ejecutiva en ACS para centrarse en el Real Madrid, donde la entronización del atrabiliario Mourinho también levanta suspicacias. Eso supondría el nombramiento de un consejero delegado, lo que exigiría poner de acuerdo a los tres granes accionistas: a los March, a los Albertos y al propio Florentino. Además, los March protestan ante la asfixia deudora pero lo cierto es que siempre han apoyado las medidas tomadas por el presidente Florentino en su batalla por Iberdrola.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com