Sr. Director:
A los componentes de una chirigota de Ceuta la ganadora del certamen - los musulmanes de la ciudad, les acusan de racistas por cantar en sus coplillas, a los animales que asaltan y queman embajadas, e incluso asesinan entre otros a un sacerdote católico en Turquía como protesta por las tristemente famosas viñetas danesas y no hay un ápice de racismo en sus letrillas. Les denominan animales, independientemente de su raza, de su credo o de su sexo y condición. Los denominan animales porque en términos coloquiales lo son, vaya que si lo son. También les llaman turcos, algo que no deben considerar alusivo, porque son ciudadanos españoles algunos de los denunciantes son miembros electos de la Asamblea de la Ciudad Autónoma, luego han de gozar de nuestra nacionalidad - y que, teóricamente, han acatado nuestra Constitución; quiero decir que han tenido que jurarla o prometerla, aunque parecen no respetarla. No son turcos, son españoles, ignoro a que viene tanto falso aspaviento y tanta polémica artificial, montada, sin duda, a lomos de la sandez esa de la Alianza de Civilizaciones - la cuadratura del círculo en clave de carnaval gadita - a menos que:
1.- Pongan su condición de musulmanes, por delante de su nacionalidad española, libremente adquirida y que no ha de valerles solamente para tener una mas elevado nivel de vida, una mayor cota de libertad o una mejor asistencia sanitaria, eso, señores, no vale: eso es conculcar la Constitución.
2.- Antepongan su solidaridad con otros pueblos musulmanes, sobre su nacionalidad española, conculcando el espíritu de nuestra Carta Magna, la misma que han jurado o prometido. En este caso, los delincuentes serían los denunciantes.
Señores: el hecho de adquirir la nacionalidad española, no solo representa unos mayores y mejores derechos, también un conjunto de obligaciones para con la nueva Patria que, libremente, han elegido. Y, si no les gustan estas obligaciones las mismas que tengo yo pues marchar kabila, que nadie ha solicitado que vengan a España. Y esto, tampoco es racismo, es una pequeña lección de Derecho Constitucional que, a lo que se ve, buena falta les hace. Una lección y un cante de las cuarenta en bastos.
Y, cada Semana Santa, cuando los moros de Hadú apedrean a los muñecos que así les llaman ustedes es decir a los Sagrados Titulares de la Hermandad que sale del la Iglesia de San José quemada, atacada y ultrajada por los islámicos, en alguna ocasión allí les quiero ver dando ejemplo de ciudadanía y haciendo de escudos para detener las piedras lanzadas por sus congéneres los tolerantes. De lo contrario, demostrarán su doblez, falsedad y oportunismo y su traición a los valores que representa nuestra Civilización, la misma que han abrazado desde la Libertad y han prometido respetar. Si no les gusta, quédense con su inaceptable teocracia, pero no traten de imponerla a quien no la quiere y está en su casa.
Falsos, de toda falsedad y oportunistas. Y, desde luego, unos acomplejados de libro. Hay que estar a las duras y a las maduras, a ver si se enteran.
José Ignacio Rosende Pimentel
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