La insistencia con que los obispos españoles recuerdan a la sociedad que la actual legislación sobre el matrimonio es gravemente injusta responde a la obligación de describir una realidad dramática que afecta a los fundamentos mismos de la convivencia.
Estamos siendo testigos de la destrucción del matrimonio por la vía legal. Es profundamente injusto que las leyes no lo reconozcan en su especificidad y no lo protejan adecuadamente, sin condiciones ni limitaciones.
Tenemos una urgencia social en España, íntimamente ligada al futuro en paz y en bienestar: la revisión de la legislación sobre el matrimonio y la tutela de la familia como pieza esencial del bien común.
Los españoles hemos perdido el derecho a ser esposos y esposas, los niños y los jóvenes han perdido el derecho a ser educados como esposo y esposa. Esta situación inédita demanda de la recta razón, y de la conciencia cristiana, una respuesta inmediata.
Valentín Abelenda Carrillo