La política sostenible del actual Gobierno combina la lucha contra las emisiones de CO2 y una aversión visceral a la nuclear. Sin embargo, la nuclear es una energía eficaz y eficiente que no emite CO2. Hasta tal punto que en aquellos países en los que se había desterrado por miedo a los accidentes se está impulsando la construcción de nuevas plantas y la renovación de las que resulten seguras.
España es la excepción. La particular obsesión antinuclear del presidente parece ser el principal impedimento para la construcción de nuevas centrales, a pesar de que las emisiones de CO2 en nuestro país están un 35% por encima del compromiso adquirido en el Protocolo de Kioto.
Los ocho reactores nucleares que funcionan en España evitan la emisión anual de 40 millones de toneladas de CO2, equivalentes a las emisiones de más de la mitad del parque automovilístico español.
Con motivo de la Cumbre del Clima, que se celebrará en Copenhage del 7 al 18 de diciembre, el Foro nuclear lanzará una campaña con el lema Tu energía puede mejorar el planeta: las centrales nucleares no emiten CO2, destinado a informar a la población sobre la contribución de este tipo de energía al control de gases nocivos para la atmósfera.