La mayoría de los expertos apunta a una transición siguiendo el modelo chino: tiranía socialista con economía capitalista
La noticia de la renuncia de Fidel Castro a la jefatura del Estado y la presidencia del Consejo de Estado ha despertado las expectativas de una transición política en la isla-cárcel. Sin embargo, la disidencia recuerda que el problema no es Fidel Castro, sino el régimen castrista. Mientras que no se liberen los presos políticos, se permita la libertad de prensa, de asociación y de negocio, la situación seguirá igual, señalan. "Fidel seguirá gobernando Cuba entre bambalinas", señala uno de los presos liberados y deportados a España.Estos y otros temas serán analizados en ‘El Club de la Palabra' de Intereconomía TV. Asistirá un representante de los presos recientemente deportados a España, miembros de la disidencia, analistas y empresarios españoles con intereses en la isla-cárcel. ¿La cita? Este sábado 23 a las 17,30 y el domingo 24 a las 20,30 horas.
Muchos analistas sitúan la transición el 31 de julio de 2006, fecha en la que Fidel decidió "ceder temporalmente" el mando a su hermano Raúl. Sin embargo, este 19 de febrero estará marcado también en los libros de la historia reciente de Cuba. La renuncia del ‘comandante en jefe' evidencia la cercanía de lo que eufemísticamente se conoce como "el hecho biológico". Y todos los expertos señalan que la Cuba sin Fidel necesariamente será distinta.
Es verdad que el hasta ahora ‘comandante en jefe' ha estado apartado de la vida política de los últimos meses. Su retirada marca un antes y un después hacia una transición. En el peor de los casos, todos apuntan a que el ‘hermanísimo' Raúl permitirá cierta apertura económica y aflorará la presión sobre la disidencia. Poco. Porque la disidencia aspira a poderse expresar libremente y a que se produzca una verdadera apertura política.
Muchos critican la división de la disidencia cubana. Pero si hay algo que una a todos es la exigencia de la liberación de presos políticos. A partir de entonces, "se podrán abrir las agendas", señala el secretario de la Federación Española de Asociaciones Cubanas, Ernesto Gutiérrez Tamargo. "El mismo modelo que España: amnistía primero; todos los presos fuera y toda la disidencia, dentro". Las agendas incluyen libertad de prensa, libertad de empresa.
El debate se produce en el papel del exilio. Unos consideran que debería de participar activamente y otros que la solución cubana pasa por los cubanos residentes en Cuba. También hay división con el papel de los actuales miembros del régimen. Todos están de acuerdo en respetar a los funcionarios y sancionar a los que instalaron la maquinaria represora. El debate se produce en la linde entre unos y otros.
La noticia de la renuncia de Fidel se produce a los pocos días de la llegada a España de cuatro disidentes cubanos. El ya ex comandante en jefe estableció un curioso sistema de liberación: libertad con deportación. Una fórmula rechazada por la asociación disidente cubana "Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba". Curiosamente, aunque Moratinos ha tratado de ‘vender' la liberación como un éxito de la política española de distensión, los presos liberados se muestran sólo parcialmente satisfechos. ¿Razón? Todavía quedan más de 200 presos políticos en la isla.
En todo caso, todo parece apuntar a que la Transición política ha comenzado en Cuba, siquiera sea lentamente. Más lentamente de lo que muchos quisiéramos.