Previsiblemente, el salto de la pequeña pantalla al cine de la familia de "crestas amarillas" es uno de los estrenos más esperados del verano. El resultado es un capítulo más largo, una historia con el mismo contenido pero más extensa de duración de lo que vemos diariamente en la televisión.
Veinte años lleva en la pequeña pantalla la serie imaginada por Matt Groening y producida por James L. Brooks. De tal forma que los personajes de Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie ya forman parte de la imagen que los europeos tenemos de los EEUU a pesar de componer una familia muy crítica con el modelo de vida americano.
En esta incursión en el cine, el humor ácido e irónico de Groening (ayudado por un tropel de coguionistas) vuelve a salir por todas partes pero mantiene la tónica habitual de lo que vemos en televisión y que, en el fondo y aunque disguste a sus seguidores, es un discurso políticamente correcto: defensa del medio ambiente, crítica a la religión (entendida como puritanismo) y a los políticos, así como tolerancia absoluta en todo tipo de conductas morales (lo que la convierten en una serie dirigida a un público adulto no a menores).
En este largo capítulo de los Simpson en formato panorámico, Homer provocará el rechazo de su familia en la comunidad de Springfield tras contaminar el lago de la ciudad, lo que les obligará a exiliarse a Alaska…
Los Simpson. La película contiene todos los aciertos (y desaciertos) de los capítulos televisivos y sus responsables se ríen continuamente de esa situación. Tanto es así que, desde sus primeras imágenes, se plantea una pregunta al espectador: ¿Pagaría usted por ver en el cine lo que ven gratuitamente en el televisor? Si su respuesta es afirmativa, ya saben lo que toca…
Para: Los que siguen la serie televisiva y están dispuestos a contemplar más de lo mismo…