• Kiev asegura que los militares rusos campan a sus anchas por Molodohvardiysk, en la región de Lugansk.
  • La presión no cede y las fuerzas ucranianas bombardean el centro de Donestk, principal bastión pro ruso.
  • Lo hacen después de constatar que no hay armas en el polémico convoy enviado por el Kremlin.
  • EEUU y la Unión Europea han exigido a Putin que no cruce la frontera con efectivos, que enredaría más el conflicto.
  • Europa puede endurecer las sanciones económicas si se viola "la legalidad internacional".

Entre los dimes y diretes del polémico convoy humanitario de Moscú, las fuerzas armadas de Ucrania han comenzado a bombardear el centro de Donestk, una de las regiones pro rusas del este del país. Han sido seis ataques de artillería por lo menos. Pero el foco de las cámaras estaba en el convoy. Las regiones orientales de Donestk y Lugansk son las principales en las que se centra el plan antiterrorista para acabar con la revuelta independentista.

Antes de que todo eso sucediera, Ucrania, que no se fía de Moscú, como ha reiterado, había enviado a sus guardias fronterizos a la localidad rusa de Kamensk-Shakhtinsky. Querían verificar que el polémico convoy procedente del Kremlin, formado por 200 camiones y 2.000 toneladas de ayuda humanitaria, no escondía material militar para armar a los rebeldes pro rusos que controlan las regiones del este de Ucrania. A pesar de que en un principio ambos países habían acordado que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se encargara de confirmar y repartir esa ayuda humanitaria, el Gobierno de Kiev se ha echado atrás. De todo ello ha informado el propio Ejército de Ucrania.

Aun así, los rusos han tomado posiciones también a primera hora del día: varias decenas de vehículos militares se han desplegado cerca de la frontera tras la llegada a la zona del convoy, a la espera del acuerdo entre Moscú y Kiev sobre la carga y su paso por la frontera. Poco han tardado en saltar las alarmas. Un total de 23 vehículos blindados para el transporte de personal militar (ACP) procedentes de Rusia penetraban en territorio ucraniano por un camino de tierra, aprovechando un agujero en la valla fronteriza. Lo ha avanzado el diario británico 'The Guardian' y lo ha confirmado después el Gobierno de Kiev. "Acabamos de ver una columna de vehículos con placas militares rusas cruzar la frontera con Ucrania", ha escrito el periodista Shaun Walker en Twitter. Según Walker, los vehículos militares rusos han rebasado al convoy humanitario, que se ha detenido a un lado de la carretera antes de traspasar el paso fronterizo.

Poco después, el mando de la Operación Antiterrorista (ATO) de Ucrania ha confirmado los hechos a la agencia de noticias Ukrinform. Los militares rusos han entrado, en concreto, a través del puesto de control de Izvaryne, temporalmente cerrado debido a la presión de los separatistas rusos en la región.

Las autoridades ucranianas aseguran que los militares rusos campan a sus anchas por Molodohvardiysk, en la región de Lugansk. A pesar de que no pueden determinar todavía cuántos efectivos hay, subrayan que no son muchos. Conviene recordar que Estado Unidos y la Unión Europea habían exigido a Putin que no entraran efectivos rusos en Ucrania, debido al temor de que el Kremlin usara el pretexto de una misión humanitaria para invadirlo.

Entre las reacciones por el ritmo de los acontecimientos, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha descartado que los Veintiocho aprueben nuevas medidas de presión a Moscú, aunque ha recordado que las sanciones económicas ya aprobadas se pueden reforzar "en caso de nuevas violaciones de la legalidad internacional".

Daniel Esparza

daniel@hispanidad.com