Como informamos en nuestra edición del pasado lunes, este martes se celebra la II Asamblea Anual de Técnicos de Hacienda, los famosos subinspectores. Como era esperable, han criticado la ausencia de medios personales para combatir eficazmente el fraude y han recordado el compromiso adquirido en 1999 de incrementar la plantilla en 9.000 personas. Además, han pedido consolidar las funciones que actualmente están realizando mediante un reconocimiento oficial.
Pero sobre todo, han criticado lo que califican como marketing en la lucha contra el fraude y han presentado un paquete de 34 medidas medidas para mejorar la Ley de Lucha contra el Fraude que se encuentra actualmente en tramitación parlamentaria. La Agencia vende que han incrementado un 41,8% las actuaciones de inspección, pero conviene separar el polvo de la paja, señala el vicepresidente de los subinspectores, Jesús Montero.
Veamos. La recaudación se elevó sólo un 12,9% hasta los 4.583 millones de euros; es decir, 522 millones de euros. Pero es que además, esos 522 suponen tan sólo un 0,25% de la economía sumergida, que según los cálculos del Instituto de Estudios Fiscales se sitúa en España en el 23% del PIB.
Pero lo que es más grave. La recaudación efectiva se sitúa en los 4.583 millones frente a los 27.800 millones girados. ¿Por qué esa diferencia? Las deudas anuladas por tribunales o defectos de forma crecieron en 2005 un 17% y las deudas anuladas por insolvencia se elevaron un 37%. Es decir, sólo se logra cobrar uno de cada seis euros. Si el contribuyente se entera que sólo se cobra un 15% de las actas levantadas a lo mejor se enfada un poco, señala con sorna Montero. Y peor: este bajo índice de recaudación efectiva consagra una tendencia de los últimos años.
¿Por qué ocurre eso? ¿No será que se levantan actas con alegría porque priman?, preguntamos. La pregunta encabrona a Montero, porque la prima llega a los inspectores, no a los técnicos. Pues entonces habrá que cambiar el sistema, señala con dureza.
La realidad es que los billetes de 500 los conocidos como Bin Laden, porque nadie los ha visto, han aumentado su circulación un 38% en el último año. Y además, los inspectores censuran que las 57.700 compañías que se encuentran entre 1,8 y 6 millones de facturación son verdaderos paraísos fiscales. Tardaríamos 50 años en inspeccionarlas a todas. En resumen: falta voluntad política para combatir eficazmente el fraude. Así de fuerte.