Según Expansión, la ingeniera INDRA, que preside Javier Monzón, "pone orden en los sueldos del Consejo". Con esta loa se refiere a que los vocales del Consejo de Administración cobrarán menos dietas. Es la línea directriz de todo el actual movimiento por la moderación en los salarios -más ruido que nueces- se habla continuamente de consejeros pero no de ejecutivos, que son los que cobran. Me parece bien el control de los vocales pero aún más el de los ejecutivos quienes, además, pueden no tener ni una sola acción de la compañía.

Ejemplo, el presidente de INDRA, Javier Monzón (en la imagen), el de los arreglos en las retribuciones de los vocales, cobró en 2011 más de 3 millones de euros, cuando el beneficio neto, decreciente, de la compañía habría sido de 181 millones de euros. Es decir, que Monzón le cuesta a la compañía el l,66% de todo el beneficio neto del que sale, previa dedicación a recapitalización de la compañía, todo lo que se reparten los accionistas.

Y más intragable resulta la remuneración del consejero Regino Moranchel, anterior número dos de la compañía: se ha llevado 1,4 millones de euros, cuando lo cierto es que desde hacía dos años estaba totalmente apartado de las decisiones del grupo.

De hecho, no sería mala idea que la remuneración de los ejecutivos se estableciera en un porcentaje sobre el beneficio, aunque la mejor idea de todas es la más lógica y hasta primaria: que sean los accionistas los que decidan el salario de la alta dirección, no sólo de los vocales del Consejo. Que para algo son los propietarios.

Eulogio López

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