La crisis bancaria -que apenas ha afectado a España- está siendo aprovechada por el Gobierno socialista y por el Banco de España -con el aplauso del Partido Popular- para destruir las cajas de ahorros y las cooperativas de crédito, generalmente conocidas como cajas rurales.

 

Veamos: existen, al menos cuatro tipos de propiedad. La pública, pero la empresa estatal está muy mal vista en todo el mundo, incluida Venezuela, donde nadie duda de que no hay empresas públicas, sino gubernamentales. En cualquier caso, el Estado no suele ser un buen gestor.

Luego están las al menos tres fórmulas de propiedad privada, siempre en la convicción de que la propiedad privada es como el estiércol: muy bueno cuando está bien repartido. La primera es la cooperativa, donde la propia corresponde a todos los trabajadores. El Régimen cooperativista sólo ha triunfado en el sector primario, también en el sector financiero ligado a la agricultura. Y ha sido un gran éxito. Luego están las cajas de ahorros, entidades mutuales, cuya naturaleza consiste en que los propietarios son los clientes, aunque en España se haya modificado el espíritu de la Ley de Órganos rectores (LORCA) y ahora ya no se trate de clientes, sino de ayuntamientos y gobiernos autónomos, no muy buena gente.

Por último, está, por supuesto, la sociedad anónima, donde mandan los accionistas.

Las tres formas de propiedad privada son excelentes, siempre que sean pequeñas, porque de otro modo se vuelven ingobernables. Cuando crecen, las S.A. se convierten en propiedad fiduciaria, donde los propietarios no mandan un pimiento y los gestores les chulean. Lo mismo ocurre con las entidades mutuales, donde no hay forma de que los clientes se sientan propietarios y reclamen sus derechos. Curiosamente, en la cooperativa -de crédito, o de pimientos- sí hay un dueño y el ojo del amo engorda al caballo.

Lo que MAFO quiere es que todo el sistema bancario esté formado por sociedades anónimas cuanto más grandes mejor. La razón es muy sencilla: cuando las cosas no son de nadie son del regulador, del supervisor, esa esfera de propiedad pública que es aún peor que las infraestructuras privadas, porque sólo responden ante la historia. MAFO quiere, además, un oligopolio financiero similar al oligopolio informativo. Se controla mucho mejor a cinco grandes que a cincuenta pequeños. Por eso quiere que todos sean bancos y cuanto menos en número, y más gordos, tanto mejor.

Eulogio López

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