La consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar (en la imagen), uno de los cachorros que Aznar elevó la cumbre sin previo paso por la experiencia laboral, se ha cargado las becas de excelencia de la Comunidad de Madrid.
Es el ejemplo típico de un Partido Popular cobardón, la verbigracia de las 'reformitas' de Mariano Rajoy, quien nunca se atreve a llegar hasta el final -a veces ni hasta el punto medio- mientras cosecha las mismas críticas que si lo hubiera hecho. Es lo que les ocurre a los pusilánimes: no hacen lo que prometen y reciben los mismos palos que si lo hubieran hecho. Entre nosotros, se lo tienen bien merecido.

Recuerden que el ministro José Ignacio Wert está quemado por plantear una política de becas donde se premiara al buen estudiante -un poquito- y se castigará -un poquito- al vago redomado. La izquierda montó en cólera: el fascista PP se cargaba el principio de igualdad, que consiste en seguir premiando a todos los estudiantes jetas y castigando a los mejores alumnos.

Las becas de excelencia las concede la Comunidad de Madrid a aquellos estudiantes de ingeniería que obtiene una media superior al 8, del 8,5 en medicina y del 9 en el resto de titulaciones. Eso sí, se consideraba que si se superaba el 9,25,  la ayuda se concedía de forma automática.

Hasta este año, en el que la consejera Lucía Figar ha recortado becas, no a los malos estudiantes, sino a los buenos. La orden de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, impone dos novedades: no podrá solicitar la ayuda en ningún curso de carrera quien no haya mantenido esas notas desde el Bachillerato -quiénes no la hubiesen obtenido para el primer curso de carrera-. Tampoco aquellos alumnos que hayan cursado el bachillerato en otra comunidad. Por las mismas, podían haber exigido como condición para obtener la beca de excelencia poseer dos cabezas o siete dedos en cada mano.

En definitiva, que no habrá becas de excelencia. La meritocracia en Madrid... a freír espárragos. Universitarios con una media del 9,9 se quedan sin premio a su esfuerzo.

¿Y esto era el cambio del Partido Popular, para premiar a los estudiantes esforzados de gran rendimiento académico No, Figar sigue premiando a los vagos, repetidores y demás miembros del Sindicato de Estudiantes, 'jóvenes' de 25 que aún no han terminado el grado universitario o que aún siguen en FP, pero que, eso sí, son los que más gritan contra el Gobierno 'fascista' en las calles y aparecen en los telediarios. Además, estos son muchos y pueden armar manifestaciones. Los buenos estudiantes son pocos y se dedican a estudiar, no a hacer pancartas.

Doña Lucía es lo suficientemente injusta y lo suficientemente cobarde como para augurarle un gran futuro en el PP.

Luego se quejarán del bajo nivel de la enseñanza en España.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com