Eduardo Madina, secretario general del grupo parlamentario socialista, siempre ha sido un hombre tranquilo. Sobrevivió a un atentado, tiene fama de ecuánime y equilibrado, y nunca ha dado una mala contestación. Por eso resulta sorprendente verle no sólo dar la espalda a un informador, sino lanzar manotazos al aire como si le hubiera entrado el baile de San Vito cuando se le pregunta por la polémica en torno al fichaje de su mujer por parte de Telefónica.
Hay que apechugar con las circunstancias, y lo menos es dar la cara y explicar con naturalidad, si así lo crees, que tu mujer no ha disfrutado de ningún enchufe. Y más cuando a la pobre Cospedal, a este paso, le van a dejar toda la parentela condenada al paro por aquello de las incompatibilidades y las sospechas de posible nepotismo….¿Y por qué no se puede preguntar Paloma Villa, señora de Madina? Todo el mundo sabe que con cinco millones de parados, ya no hace falta ser bueno para colocarte. Es precisa la tarjeta de visita, algo que nos recuerda a los tiempos de Sagasta y Canovas, pero que sigue funcionado mejor que nunca.
Paloma Villa, ex asesora del grupo parlamentario socialista en el parlamento europeo y ex asesora del gabinete de Trinidad Jiménez en el Ministerio de Asuntos Exteriores, empezará a trabajar en breve para César Alierta en un puesto de apoyo de Relaciones Institucionales.
Se da la circunstancia de que el marido de Soraya ha sido fichado por las mismas fechas. Un fichaje muy criticado por parte de la izquierda, pero no por el PSOE, que ha preferido no menear el asunto demasiado. La explicación que ha dado el Partido es que el fichaje de la mujer de Madina 'ha sido limpio', ella se limitó a mandar el curriculum. Cierto es que Paloma habla varios idiomas, que ha trabajado en Alemania y que es muy lista, pero hay muchas mujeres como ella en el mercado de trabajo con sobrados méritos para desarrollar la misma función. Y la mejor forma de defender la valía de tu mujer no es realizar bruscos aspavientos en lugar de improvisar una sencilla contestación. 'Ay, Manolete, si no sabes torear pa' que te metes'. Con semejante actitud se comprende que nunca fuera considerado como una alternativa seria en el seno del partido para aspirar a la Secretaria General. No hay preguntas impertinentes, sino políticos con falta de reflejos. A Rubalcaba jamás le hubiera ocurrido algo parecido.
Sara Olivo
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