La actitud de CiU con los peajes en Cataluña es totalmente hipócrita.
Dicen ahora que son contrarios a los peajes cuando Jordi Pujol no los quitó cuando pudo hacerlo y siempre se opuso a la construcción de autovías en Cataluña. Por ejemplo, en 1998 Pujol aprobó la extensión de la concesión de la autopista catalana más importante, la AP–7.
Y fue también CiU quien eliminó las bonificaciones para usuarios habituales. Claro que todo se entiende si se tiene en cuenta que la empresa concesionaria está relacionada con CiU e incluso su presidente es asesor y amigo personal de Artur Mas. Y encima dicen que la culpa es de Madrid cuando de verdad quien se lleva los beneficios de los peajes son un grupo de empresarios de Cataluña cercanos a CiU.
¿Es posible más hipocresía?
Rosa Álvarez