- El gobernador pretende repetir su modelo CAM en todos los procesos de fusión, mientras el nuevo ministro no desea más intervenciones
- La venta de la CAM se hizo con unas ayudas públicas que imposibilitan el intento de Guindos de crear bancos de más de 150.000 millones de activos.
- Pero Guindos también encuentra problemas en el Ejecutivo: la idea del banco malo no gusta a otros departamentos, por ejemplo a Hacienda.
- Y, de postre, los inspectores del Banco de España exigen al Ejecutivo que tecnifique la inspección.
El gobernador socialista del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el hombre del desastre en la reforma financiera iniciada por Zapatero, está dispuesto a boicotear la reforma bancaria que pretende el nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos.
Entendámonos, ambos son financistas, por lo que ambos coinciden en que ningún banco debe quebrar, dado que consideran que la economía funciona gracias al crédito. Ambos consideran, en suma, que la reforma bancaria es necesaria y que no hay que dejar caer a los bancos zombis.
Ahora bien, MAFO, por aquello de 'sostenella y no enmendalla', pretende hacer valer su papel en el saneamiento de la CAM, que ha acabado en manos del Sabadell a un coste -el definitivo no se conoce pero se teme, porque lo ya conocido es una barbaridad- que hace imposible repetir el esquema en el resto de entidades en dificultades.
Siguiendo órdenes de Rajoy y por propia convicción, De Guindos considera que el Estado no puede asumir ese coste, entre otras cosas porque sabe que los banqueros absorbentes exigirán los parámetros CAM y porque existe otro problema, en el método con el que se ha llegado la actual situación con ese precedente: se ha demostrado que las pérdidas de un banco se multiplican si es intervenida por el Banco de España-FROB.
Además, es sabido que un banco no puede ganar indefinidamente pero sí perder indefinidamente.
Conclusión, De Guindos quiere grupos bancarios de más de 150.000 millones de activos pero no a cualquier precio. Ahora mismo, sólo seis grandes grupos bancarios (Santander, BBVA, Bankia, Caixabank, Sabadell y Popular, hablamos de negocio en España) superan esa cantidad en activos y los dos últimos por los pelos y tras absorber a CAM y Pastor, respectivamente. Además hay dudas sobre la capacidad de Bankia para actuar como absorbente de bancos en dificultades.
Pero De Guindos quiere absorciones más baratas que la de la CAM. De hecho, más que en fusiones pagadas, Luis de Guindos piensa en el banco malo, es decir, aquel que absorbería los activos tóxicos de promoción inmobiliaria con cargo al erario público, pero quedándose con las provisiones bancarias para esos activos e intentando un descuento de no más del 50% en la posterior venta.
El banco tóxico representa un sistema de saneamiento más barato para el Tesoro que las fusiones financiadas por ese Tesoro pero las ayudas oficiales más visibles y por tanto, más criticables por un mundo donde todavía la visión 15-M es ampliamente aceptada por muchos españoles (entre otros, y a efectos de saneamiento bancario, por el abajo firmante). Por tanto, aquí De Guindos no choca sólo con el saboteador MAFO sino con otros miembros del Gobierno, con visión más 'política', como Cristóbal Montoro y el propio Mariano Rajoy.
Por cierto, ¿el banco tóxico lo tenemos que financiar entre todos? Por supuesto que no. De hecho, los bancos privados ya habían puesto en marcha muchos bancos tóxicos privados, con inmobiliarias, que luego venderían la cartera promotora. Pero, naturalmente, si lo hace el Estado es más seguro... y más barato.
Por si fuera poco, los inspectores del Banco de España están en pie de guerra contra el gobernador. Exigen a Mariano Rajoy que cumpla con su programa de "tecnificar" la supervisión. En plata: que les hagan caso. La gota que ha colmado el vaso del cabreo en el Cuerpo de inspectores es que la auditoría sobre la CAM corriese a cargo de Ernst&Young y no ellos mismos que para algo están. Y no les falta razón, a fin de cuentas, se supone que lo que más saben de auditoría de balances bancarios son ellos. Que para eso les pagamos entre todos. Y nada mal, por cierto.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com