Según el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el balance de ocho años de euro (cuenta desde su adecuación a los mercados en 1999, aunque no fue hasta 2002 cuando se empleó como instrumento de pago) no puede considerarse sino "positivo". Lo curioso es que, en su análisis de la marcha de la economía española, el ex secretario de Estado de Economía sólo ve dos problemas: el progresivo endeudamiento de las familias y… el diferencial de inflación. Es decir, precisamente el aumento de precisos provocado por la entrada en vigor del euro.