Envía al subgobernador Viñals de viaje por el mundo mientras los directores generales despachan con él. Los inspectores afirman que el nuevo gobernador quiere mediatizar la supervisión bancaria. Todos los próximos al PP, a Miguel Sebastián o a Julio Segura y Malo de Molina son ninguneados. Aríztegui, el espía de MAFO en Hacienda, actúa como subgobernador de hecho. Como telón de fondo, el nuevo asalto que el gobierno prepara, no contra el BBVA, sino contra FG. El sectarismo de MAFO: el resumen de prensa interno del banco de España privilegia a los periódicos afines especialmente a El País
Algún cínico diría que el titular no es ninguna noticia, dado que el Banco de España siempre ha sido una dictadura, o al menos una autocracia. Habría que responderle que en parte tiene razón, pero que nunca se había llegado a los extremos del llamado gobernador de carnet, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ex secretario de Estado de Hacienda en el Gobierno Zapatero. Recuérdese que desde la entrada en vigor no ya de la Ley de autonomía, sino del concepto de autonomía del Banco de España, los nombramientos de gobernador y subgobernador siempre habían sido pactados entre PP y PSOE, justo hasta MAFO : ha sido el vicepresidente Pedro Solbes quien impuso a su secretario de Estado y quien se negó a negociar con el primer partido de la oposición el nombramiento del subgobernador. Y es que cuando se trata de controlar instituciones o medios informativos, el Ejecutivo socialista ha demostrado una ambición sin límites.
MAFO tiene la idea de jubilarse en el Banco de España. Nombrado gobernador en julio de 2006 puede quedarse en 2012 más otros dos años de propina con sueldo completo e incompatibilidades máximas. Es decir, jubilación en 2014. Para entonces, es muy posible que los bancos centrales en la UE hayan desaparecido como tales. MAFO va a ser el último gobernador y está dispuesto a aprovechar su mandato.
El encargo de Zapatero es muy sencillo : el Gobierno quiere un sistema bancario afín, para lo que necesita dulcificar el carácter tecnocrático del caserón de Cibeles. Al mismo tiempo, el último gobernador ya ha saciado su ansia de presencia internacional con su aventura en el FMI. Ahora lo que quiere es mandar. En pocos días tendrá su primera intervención en el Congreso de los Diputados, considerando lo que ha solicitado al Servicio de Estudios, se diría que tiene un especial interés en recalcar su presunta independencia del Ejecutivo. Incluso se permitirá criticar algunas líneas estratégicas de la política económica para que su autonomía, en la práctica inexistente, pueda quedar patente en TV.
Pero es de puertas adentro donde MAFO está realizando su revolución silenciosa, y asumiendo todo el poder de la institución. Así, sin cambiar el organigrama, ha anulado al subgobernador José Viñals, a quien ha convertido en uno de los españoles con más puntos Iberia. En otras palabras, habitualmente es el gobernador el que viaja y el que ostenta la representación institucional de la entidad, sea en Frankfurt, Basilea o Washington. Y es el subgobernador quien dirige el trasiego interno de la entidad. Pues bien, con MAFO se han invertido las tornas. Viñals, un gran especialista en internacional, buena persona y sin ninguna ambición política representa a la institución en el exterior y, cuestión absolutamente clave, los cinco directores generales reportan directamente al gobernador, una verdadera novedad en el instituto supervisor.
De hecho, el verdadero subgobernador es el director general de inspección, Javier Aríztegui, conocido entre los inspectores como el espía de Solbes y MAFO cuando estos regentaban la vicepresidencia económica.
MAFO está dispuesto a rodearse de un reducido grupo al que exige fidelidad perruna. No sólo ha marginado a cualquier directivo próximo al PP, como Pedro Pablo Villasante, ex director general de supervisión, que ha sido pasaportado a la patronal bancaria AEB, sino que también ningunea a los hombres del secretario de Estado, Miguel Sebastián, especialmente a la directora general del Tesoro, Soledad Núñez. Y ya puestos a marginar, MAFO no se fía ni del socialista Julio Segura, otro de los nombres que sonaban para suceder a Caruana, ni de José Luis Malo de Molina, el histórico director del Servicio de Estudios, quien, a pesar de su querencia socialista, está muy descontento con el estilo sátrapa de MAFO.
Pero a día de hoy los bancos centrales en la UE son, antes que nada, instrumentos de inspección bancaria. Pues bien, el cuerpo de inspectores que quiere ser eso, un cuerpo, y no lo consigue- considera que MAFO está haciendo bueno a Caruana. Le acusan de pretender mediatizar la inspección bancaria a costa de acentuar el carácter colectivo, no individual, de la misma. Para los inspectores, el supervisor debe tener un estatuto y una función similar a la de sus colegas de Hacienda: el acta de inspector o un equipo de inspectores debería ser sagrada e intocable. De otra manera, la supervisión bancaria puede ser manipulada en aras a intereses políticos.
Como telón de fondo de toda esta pugna está el caso BBVA. Entendámonos: fue el vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien detuvo el ataque de Sacyr Vallehermoso para hacerse con el control del banco vasco. Solbes tenía un motivo muy claro : desautorizar a su enemigo y posible sucesor, el secretario de Estado Miguel Sebastián, pero ahora es distinto, porque la nueva andanada sería protagonizada por el propio Solbes y secundada por el gobernador MAFO : no es comparable. El caserón de Cibeles se ha convertido en un hervidero de rumores sobre BBVA y FG. Ahora que el último gobernador tiene manos libres para hacer lo que le venga en gana. Eso sí, MAFO aclara a sus próximos que no se trata de tomar el BBVA, sino la presidencia. Es decir, que la estrategia utilizada no debe pergeñarse contra el banco, sino contra FG. Algo muy lógico, dado que si la perjudicada es la entidad, no sólo su presidente, el que se estaría jugando el puesto sería el propio MAFO, cosa que, al parecer, no le hace especial ilusión.
Un detalle que revela el sectarismo que el gobernador MAFO ha impuesto en el instituto supervisor. Desde su llegada, el nuevo resumen de prensa interno de la institución, que elabora su nuevo responsable de comunicación, sitúa en las páginas impares, a los medios afines, especialmente a·El País. Por el contrario, La Razón o Gaceta se quedan en las páginas pares, no vaya a ser que lo lean.