La verdad es que el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Angel Fernández Ordóñez (MAFO), es de los personajes del Gobierno más campechano y abierto. Le haces una pregunta y coge y te la responde casi siempre. No mide las palabras al milímetro y no tiene problemas en reconocer en público que no se sabe la tabla del IRPF de memoria. Vamos, que con la edad, uno se dedica a lo importante y deja las chorradas para los imberbes. MAFO ya pasó esa etapa de juventud. Reconoce sus excesos y se muestra prudente, y hasta conservador. Muy divertido.
Verán. Resulta que al nombrar al consejero del BCE, González Páramo, lo calificó de gobernador. Cuando los periodistas le preguntamos si es que le había subido de categoría respondió con sencillez:
- Ah, es que no sé cómo se llaman a los miembros del gobierno del BCE. ¿no son gobernadores?
- No, son consejeros del BCE responde uno de los afamados plumíferos del periodismo de tenedor
- Ah, vale, pues eso, consejeros del gobierno del BCE.
Y santa paz. Este es mi MAFO, que no tiene empacho en felicitar a Aznar por el éxito de su España va bien. En opinión del secretario de Estado, aquello generó una confianza muy importante para la economía. Y tras la de cal, lechuga. Cuidado con la confianza que es un animal muy delicado y por lo tanto, petición al PP para que abandone la crispación en temas de terrorismo y otros. Todo ello basado en las declaraciones que el presidente de la patronal catalana, Joan Rosell, realizaba esta mañana en las páginas de Expansión. Para que vean lo ágil que es nuestro MAFO que acude a un desayuno a las 9,30 de la madrugada con los periódicos leídos, en plan Fraga. ¿O sólo le dio tiempo a leer la entrevista a Joan Rosell?