Ha sido la excusa utilizada por Blesa para responder negativamente a la propuesta de Florentino Pérez para que comprara un 10% de Iberdrola. El supervisor está ofreciendo manga ancha y promocionando fusiones. Eso sí, pide el "favor" de que se venda la cartera de acciones, lo que puede significar el fin del tejido industrial español
La doctrina tradicional del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), es de todos conocida: no le gusta que las cajas de ahorros posean participaciones significativas en empresas. Le gusta la banca anglosajona, sin contaminaciones industriales, lo contrario a la banca alemana o, no nos engañemos, a la francesa.
Ahora, con la crisis tiene la excusa ideal: ha pedido a las cajas de ahorros que, para afianzar la solvencia, mejorar sus balances, realicen activos. En otras palabras, que siempre que puedan, vendan -aunque no malvendan- y que no compren más acciones.
Decíamos en este mismo número que norteamericanos y alemanes están empeñados en que alguna entidad financiera, sea banco o caja entre en crisis, y el Banco de España ha encontrado la excusa ideal para deshacer las participaciones industriales de las cajas de ahorros. Para defenderse de esta doctrina del supervisor, muchas entidades (Caixa, Caja Madrid, Bancaja) crearon participaciones industriales con ánimo de que coticen en bolsa y puedan exhibir el consabido, y discutido, "control de mercado".
En cualquier caso, el peligro está claro: si las cajas se desentienden del mundo empresarial española es muy posible que el tejido industrial se deshaga como un azucarillo, porque estas entidades han constituido el núcleo estable de casi todas las empresas estratégicas (Repsol, Gas Natural, Iberdrola, Telefónica, Iberia, Abertis, etc.) sólo acompañadas durante los últimos años por las constructoras, y aún éstas, agobiadas por la deuda, pueden verse obligadas a vender.
Por cierto, la doctrina del regulador ha resultado la excusa perfecta a un Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, para decirle "no" a Florentino Pérez. Como es sabido, ACS, empeñada en echar a Galán de la Presidencia de la eléctrica, había enviado a Caja Madrid a comprar un 10% de Iberdrola para unirse a Florentino y expulsarle de la Presidencia de Iberdrola.
Eso sí, como informamos en este mismo número, el supervisor está bajando el listón de exigencia a la hora de provisionar. Por ejemplo, está permitiendo lo que en circunstancias normales no admitiría: que las entidades conviertan los fallidos se conviertan en cartera de inversión, cuyas minusvalías exigen menos provisiones. Por eso, es un ejemplo, el Santander ha comprado Urbis y se ha metido a vender pasivos como un ladrillero más.
Eso, y provocar fusiones, aunque esto último le sale bastante mal. Al Banco de España no le gustan las cajas, porque no son SA y porque son pequeñas. La crisis es un momento idóneo para forzar uniones, al menos intrarregionales.