Considera que se ha producido una desaceleración gradual del precio de la vivienda y del crédito
La realidad es que las tasaciones inmobiliarias realizadas por los bancos se han reducidos sustancialmente en el primer trimestre del año. La caída es del 20% en algunos casos y de un 33% en otros. Aún así, nadie quiere hablar de pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Lo piensa, lo saben, pero cuando se trata de hablar en público, prudencia. Mucha prudencia. O así.
Es lo que parece haber practicado el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez (MAFO). En su comparecencia parlamentaria en la mañana de este martes, señaló que los hogares se han adaptado a la subida de tipos y apuntó que se ha producido ya una "desaceleración gradual" del precio de la vivienda y una "suave moderación" del crédito a causa del endurecimiento de las condiciones.
MAFO considera que la subida de tipos es "apropiada" porque contribuye a "preservar la estabilidad y el crecimiento sostenido". También considera que el encarecimiento del precio del dinero está ayudando a lograr una composición más equilibrada del gasto, así como a moderar la demanda de los créditos financieros, además de contener el precio de la vivienda. Vamos, que si no hubiera subida de tipos, habría que inventársela.
Por otra parte, MAFO ha reclamado de las administraciones una mayor disciplina en el gasto para engordar el superávit presupuestario y poder afrontar con más colchón el reto del envejecimiento poblacional. O sea, plantea la necesidad de reformar el Pacto de Toledo, exactamente lo que no hizo cuando fue secretario de estado de Hacienda.
En todo caso, MAFO se ha mostrado igual de optimista que Solbes sobre la solidez del crecimiento económico español. Confía en el "notable dinamismo" de nuestra economía, defiende que avanza moderadamente hacia un modelo más sostenible y prevé no obstante que pueda haber repuntes inflacionarios. Es verdad que el consumo se ha ralentizado en los últimos meses, pero también es verdad que ese efecto ha sido compensado por un notable incremento de la inversión, señal de la confianza de los empresarios en el futuro de la economía.