La elección de Óscar Alfonso (en la imagen) como gran maestre de la masonería española (Gran Logia de España, para ser exactos) ha acabado en una muestra de transparencia por parte de la fraternal organización. Hispanidad va a cumplir 18 años (próximo 20 de marzo) y en pocos días hemos recibido más comunicados de los masones que desde 1996.
El Oriente nos ha recordado, además, que a la reelección del ínclito Alfonso han acudido representantes de todas las logias del mundo mundial, sobre todo de la corriente francesa y escocesa. Ya saben, se supone que la primera es más cristófoba que la segunda, pero ejemplos hay en la historia -consulten al mayor experto del mundo en masonería, el sacerdote español Manuel Guerra- de que ambas corrientes, al igual que sus sucedáneos -Illuminati de Baviera, por ejemplo, hoy de muy vigente actualidad- han sido creados como opciones anti: anti-iglesia de Roma, 'of course'.
De su declaración de principios sólo reseñar los habituales equívocos del lenguaje masónico, que exige leer entre líneas. Exposiciones asimilables a la izquierda y a la derecha, y, cómo no, enfatizando las habituales equívocos para poder adecuarse a cualquier periodo histórico o a cualquier atmósfera dominante de cada momento. Por eso el secreto masónico resulta vital para los hermanos: la opacidad, incuso sobre su identidad, es la mejor forma de evitar que alguien pueda recordarte el pasado, simplemente porque el pasado está oculto a ojos profanos.
Además, recuerden que ya no vivimos en el mundo de las conspiraciones sino en el de los consensos. Quiero decir que la masonería de antes ya no es la de hora. Los mismos objetivos, acabar con el cristianismo, el mismo panteísmo elegante y la habitual confusión entre caridad y solidaridad y entre humanismo y filantropía. Pero la masonería del siglo XXI es lo que ahora llamamos Nuevo Orden Mundial (NOM)... y que los cristianos siempre hemos conocido como la obra de Satán (no, no toda la masonería no es satánica, sólo médula y su cerebro). La liturgia de las logias no es muy aceptable por la sociedad de Internet y ahora prefieren los hoteles de lujo a los mandiles. No renuncian a sus ceremonias iniciáticas y a su parafernalia, pero no hacen gala de ello.
Pero sí hay algo que me ha sorprendido: y es la declaración de Gran Logia de España sobre su adhesión a la monarquía. Sí, los masones españoles lanzan un ditirambo a Juan Carlos I que me ha dejado patitieso. Le llaman Resolución de Adhesión al Jefe del Estado, y no tienen límite en el halago manierista que lanzan al monarca. En España el mayor esplendor de la monarquía llegó con la II República, con eso se lo digo todo. Y de repente, se ponen al servicio de la unidad de España -en pleno proceso de desvertebración cainita de España- y del Monarca, justo cuando el sentimiento republicano crece en España por el desprestigio de la Casa Real.
Majestad, mucho cuidado con sus amigos. Aunque seguramente usted ya lo sabe, ¿verdad, Señor
Eulogio López
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