El ministro García Margallo, en su comparecencia en el Congreso, no ha querido emplear paños calientes en un conflicto que no dudó en calificar de "incendio importante".
Dejó claro que la dejación de derechos termina por pagarse, al señalar la funesta gestión de su antecesor socialista en el Palacio de Santa Cruz que propició un foro tripartito que convirtió a la colonia en interlocutor de España como si fuese un país independiente.
La conclusión de la densa intervención del ministro es evidente: el Gobierno de España solo negociará con la potencia colonial para resolver los problemas provocados intencionadamente por su colonia, que ha dejado convertirse en un "paraíso fiscal".
Firmeza, por tanto, en un tema que no admite equívocos ni divisiones partidistas y sobre el cual García Margallo ha tenido el gesto de invitar a la oposición a discutir la posibilidad de llevarlo a los tribunales internacionales.
Pedro García