Tras el fracaso en taquilla en EEUU, la joven realizadora Sofia Coppola confía en que, como ocurre con las películas de su compatriota Woody Allen, su drama histórico sea apreciado en Europa. Lo tiene algo difícil porque María Antonieta resulta un complicado cóctel apto para pocos paladares.
No es la primera vez que esta directora provoca todo tipo de reacciones con una de sus películas. Lost in traslation (con la que consiguió un oscar al mejor guión original) dividió la opinión de crítica y público. Para unos era una obra fresca y original, para otros un pestiño con toque de modernidad.
Aquí, Coppola intenta lo mismo. Su aportación sobre la personalidad de Maria Antonieta es cuanto menos singular. Aunque resulta más que aceptable la visión humana que ofrece de la soledad y la falta de comunicación que la última soberana de Francia tuvo con la corte gala así como los graves problemas que tuvo para que su matrimonio fuera consumado, la directora abusa de metraje al narrar todos estos acontecimientos.
Además, jugando a ser rompedora. Sofia Coppola utiliza música new wawe o punk en muchas secuencias de la película. Lo que a algunos espectadores gustará y a otros nos hace mirar encarecidamente la puerta de salida de la sala.
Nada que objetar al trabajo de Kirsten Duns encarnando a una María Antonieta más irresponsable que intrigante.