Fomentó agravios comparativos contra empresas españolas en beneficio de otros países

 

La grave situación que atraviesa Italia ha provocado una crisis política que se va a solventar, provisionalmente, con el nombramiento del ex comisario de Competencia de la Unión Europea, Mario Monti, como sucesor del primer ministro, Silvio Berlusconi.
'Il Cavaliere' ofreció su cabeza a los mercados a cambio de sacar adelante los ajustes exigidos por Bruselas. Y todo parece indicar que los italianos -tras un acuerdo alcanzado ayer por los partidos políticos- los aprobarán este fin de semana. Después, dimisión de Berlusconi y formación de un nuevo Gobierno de tecnócratas dirigido por Mario Monti que conducirá el país hasta las próximas elecciones.
En Hispanidad nos hemos fijado en el pasado de Monti -de 68 años- como comisario de la Competencia y en lo que respecta a España no se puede decir que nos ayudase, precisamente. Todo lo contrario. Nos perjudicó gravemente.
En julio de 2004, por ejemplo, Hispanidad denunciaba "la desvergüenza" de Monti, que aceptó un plan francés -con dinero público- para salvar a su gigante de infraestructuras Alstom de la quiebra mientras, a la vez, los astilleros españoles Izar recibían una multa del italiano por considerar las ayudas de Estado incompatibles con el mercado común.
Hispanidad volvió a mostrar ese mismo "doble rasero" de Monti pocos días más tarde con otro caso: Francia volvía a ayudar a con dinero público a una empresa, France Telecom, mientras los astilleros españoles Izar podían verse obligados a cerrar o a ser malvendidos al sector privado.
Pocos meses después, en noviembre de 2004, Hispanidad recordaba: "Lo cierto es que casi todas las multinacionales alemanas están participadas por los bancos regionales (lo más parecido a las cajas) germanos, así como por los propios Gobiernos autonómicos, que son los que realmente mandan en estas compañías, sin que la Comisión Europea les obligue a modificar la situación jurídica. Lo mismo puede decirse de las más importantes empresas francesas, como EDF, que simplemente son propiedad del Gobierno francés".
Como se ve, la simpatía de Monti por España brilló por su ausencia en su etapa como comisario de la Competencia, fomentado agravios comparativos con otros países.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com