Distinguido Sr. Fuentes García:
Luego de leer detenidamente su artículo en Hispanidad digital, he querido escribirle un par de líneas en relación a la mención que hace usted del Opus Dei, de mis queridos amigos y hermanos, los "opusdeisianos".
Jesús de Nazaret eligió como sus discípulos a doce varones de Galilea: uno lo traicionó, otro lo negó, nueve salieron corriendo a todo dar, y el más jovencito, Juan el Evangelista, ha sido el único a su lado al momento de la verdad, a los pies de La Cruz.
Ayer, miércoles de ceniza, me hacía yo bien temprano esta pregunta: ¿A cuál de los doce me parezco yo más?
De seguro que no me pareceré en nada a Jesucristo, excepto en la caridad que abriga mi corazón hacia usted al momento de escribir estas ideas necias que taladran mi alma.
Como toda organización, bien sea religiosa o dentro de la sociedad en general, compuesta por hombres y mujeres rectos y flacos de espíritu, no es raro que en ocasiones encontremos situaciones que nos sometan a toda clase de dudas sobre su realidad y los propósitos que se persiguen.
Eso es cierto.
Pero también es cierto, que dentro de esas mismas organizaciones, sea dentro de La Iglesia y en la sociedad en general, existen hoy y han habido en el pasado muchos y grandes hombres y mujeres que con el mayor empeño han puesto todo de su parte para ofrecer a los demás lo mejor de sí, y dar debido testimonio de sus verdaderos propósitos y metas en esta vida y en la siguiente.
Decir que los "opusdeisianos" son unos canallas todos resulta un abuso y una desconsideración muy grande de su parte, que Dios nunca se le tome eso en cuenta, ya que para mi mejor suerte y dicha en esta vida, aquellos "opudeisianos" que he llegado a conocer en estos diez años no han sido otra cosa que luz en medio de tanta oscuridad que acampa entre nosotros.
Verdadera inspiración para jóvenes, no tan jóvenes y ancianos.
Espero no haya usted elaborado su opinión en las elucubraciones de un tal Dan Brown, pues él tampoco ha sido justo en sus predicamentos.
Con atentos saludos, desde Santo Domingo, República Dominicana.
Mario R. Saviñón
www.mrsavinon.blogspot.com
www.conocereisdeverdad.org
Pd. Puede considerar, con toda confianza, que quizás sea yo el peor de todos los cristianos.
"Los frutos del vicio, tarde o temprano, nos llevan siempre a la destrucción; primero de nuestro alrededor y luego de nosotros mismos".