El autollamado "Comité de programación" se convierte en el comisario político de la casa
Clive Lewis afirmaba que algunos críticos decían que no leían los libros que iban a reseñar para no tener prejuicios. Y algún famoso radiofonista español dice algo parecido: "yo no escucho a mis colegas para que no me influyan".
Pues bien, los sindicatos de RTVE caminan por la misma cuerda floja: acaban de anunciar que no les gusta Fernando González Urbaneja como miembro del Comité de expertos nombrado para reformar la televisión pública. Y no les gusta porque, según estos trabajadores, Urbaneja "tiene prejuicios". Es decir, que aquel que tenga una idea, alguna visión o sentido de las cosas, en resumen, aquel que piense, es un ‘prejuicios'.
¿Y por qué tiene prejuicios Urbaneja? Pues muy sencillo, porque de los cinco miembros del famoso comité de sabios es el único que es periodista y RTVE es un hecho periodístico. Los otros, Emilio Lledó, Emilio Bustamante, Victoria Camps y Fernando Savater, además de pertenecer a una corriente de pensamiento concreta, son políticos, filósofos, o estudiosos de la comunicación, pero no periodistas.
Simplemente, lo que no les gusta de Urbaneja es que es un liberal y, por lo tanto, siempre se mostrará dispuesto a reducir el papel del sector público y el número de funcionarios que cobran del tesoro público.
Mientras, en RTVE, que ha pasado a ser la tercera en audiencia y que se ha convertido en una verdadera jaula de grillos, ha nacido un autodenominado "Comité de programación". Se trata de una serie de cargos medios de la casa, especialmente de informativos y programación, convertidos en guardianes de las esencias progresistas en la casa, tras ocho años de "caverna". Pues bien, el comité se ha empeñado en exigir el cese de Juan Menor, director de TVE. No saben, pobrecillos, que Rubalcaba le debe muchos favores a Menor, especialmente la programación de determinada película sobre terrorismo el 12 de marzo, emisión que ha sido aprovechada por los socialistas, para acusar al PP de manipular la masacre de Madrid. En cualquier caso, y por si esta célula de carácter semirrevolucionario consiguiera su cometido, ya hay un candidato para sustituir a Juan Menor: Javier Martínez Domínguez, un hombre de la casa que fue corresponsal en Nueva York y que con Pío Cabanillas como director general se ocupó de los llamados canales especiales del ente público. Eso sí, a algunos les parece que es demasiado profesional y poco progresista, pero qué le vamos a hacer. Mal lo van a tener los sabios, con prejuicios o sin ellos. Lo que importa es el Comité de programación, que eso sí sale del pueblo.