Por otra parte, si es verdad -como afirma un estudio de la Universidad de Oxford- que las votaciones revelan el peso de las relaciones sociopolíticas de cada país, España se encuentra en la absoluta marginalidad. Tan sólo recibió los apoyos de Andorra o Albania. Por contra, Turquía -que de momento no es Europa- recibió grandes apoyos de los países con inmigración musulmana, especialmente Alemania.
Y una última cosa: Arrasó Finlandia con un show de monstruos estridentes. Una buena muestra de que los bárbaros vuelven a conquistar una Europa envejecida, desvalorizada y corrompida. Agárrense porque los indicadores adelantados empiezan a sacar la tarjeta amarilla.