Sr. Director:
A la vista de las escalofriantes y mareantes cifras: 20.000 personas hacinadas en un espacio pensado para unas 4.000, 35 traslados sanitarios, 15 comas etílicos, caídas, mareos, peleas, 35 toneladas de basura; que 55 operarios se encargaron de recoger, apoyados por cinco máquinas barredoras.
Sólo la limpieza se calcula que costará unos 30.000 €. Aparte las calles contiguas tuvieron que ser cortadas al tráfico rodado, con el consiguiente trastorno y el inevitable atasco circulatorio. Todo esto sin poder contabilizar la descomunal cantidad de excreciones y deposiciones humanas que tan ingente horda fue dejando por calles y portales adyacentes al engendródromo etílico.
Cualquier persona con un mínimo de sentido común, a la vista de los escalofriantes datos, deducirá que la sociedad granadina está falta de los más mínimos y elementales niveles de educación y civismo. No estará muy descaminada, pues los informes internacionales así lo avalan. Según el famoso informe PISA, Granada ocupa uno de los últimos puestos a nivel español.
¿Habrá alguna relación por la que seamos los primeros en botellón y de los últimos en educación? Nuestros próceres, me imagino, algo tendrán que ver en tan triste y penosa situación.
Aun así algunos ediles sin el menor atisbo de sonrojo han felicitado a los botelloneros por su buen comportamiento, olvidando y condenando a los millares de vecinos y ciudadanos que tienen que soportar tan injusta, molesta y asquerosa situación.
Manuel Villena Lázaro
manolovillena@hotmail.com