Además de dar la culpa de todo a Madrid, los nacionalistas catalanes tienen una segunda debilidad no menos obsesiva: hablar en inglés, francés o cualquier idioma menos en español cuando están en el extranjero a pesar de que la mayoría de la audiencia sea hispanohablante.
Es lo que hizo Artur Mas hace unos días en Bruselas, donde, quizá sobrecargado de nacionalismo, presumió incluso de "Catalonian Empire". Alguien le debería decir a Mas que nunca existió el Imperio Catalán, sino el Reino de Aragón, o si lo prefiere, el "Kingdom of Aragon", que, por cierto, refleja los lazos de siglos de historia que unen a catalanes con el resto de españoles y que alguno pretende cortar de un plumazo.
Quizá Mas, insuflado de esos aires de grandeza que demuestra, pretenda convertirse en un emperador catalán. O como diría él, "Catalonian Emperor".
María José Raga