Ante algunas críticas sobre la nota previa elaborada por la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el comunicado de ETA, el portavoz de la CEE señaló que "la Iglesia tiene una misión específica: el fortalecimiento de la conciencia moral de los ciudadanos para contribuir a una convivencia en justicia y libertad en el marco del diálogo verdadero y respeto y de una articulación ordenada pacífica de la convivencia social".
Esto se traduce en el respeto a la vida, el uso de medios legítimos en el debate político y en una acción política que tanga en cuenta el carácter intrínsecamente perverso del terrorismo.
"Un católico, dijo por último, no puede prestar su apoyo al terrorismo ni encubrirlo. El terrorismo no admite justificación alguna. Los terroristas no deben ser reconocidos como representantes políticos de nadie". Los hechos nos están demostrando una vez lo verídicas que son estas palabras.
Suso do Madrid