El pasado viernes 12 de noviembre dábamos cuenta de que la vicepresidenta del Govern balear, Rosa Estarás, había redactado una ponencia para el próximo Congreso del PP balear en la que proponía la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio entre un hombre y una mujer. Instábamos, entonces, a Matas a que respondiera a su conciencia y paralizara una propuesta que tenía todas las papeletas de convertirse en el paradigma de la postura popular en torno a la homosexualidad, habida cuenta de que Estarás es la mujer que Rajoy escogió para definir la posición del PP en torno al "matrimonio" homosexual.
Pues bien, el sábado 13, el presidente de Baleares, Jaume Matas, descubrió
Definida la posición del líder, todo el PP balear cierra filas bajo la máxima "Lo que yo decía". La misma Estarás señala que equiparar el "matrimonio" homosexual "sin más" sería inconstitucional. Pero también señala que el Gobierno trabaja en que las parejas homosexuales tengan los mismos derechos en materia fiscal, transmisiones patrimoniales y atención sanitaria. Todo ello regido por el principio de "no discriminación".
Es decir, que no hay más cambios que los semánticos a los que Estarás aludía el viernes 12. Otorgar los mismos derechos salvo la adopción, sin llamarlo "matrimonio". Esta es la única novedad. ¡Ah! Y la exclusión de la adopción será transitoria hasta que la comunidad científica resuelva. Ya saben, los "prestigiosos científicos". El problema es que las cosas son lo que son con independencia de cómo se llamen. Los juristas saben muy bien que si a un contrato de compra/venta lo llamamos de alquiler no deja de ser un contrato de compra/venta. Y de la misma forma, si a la relación de dos personas les dotamos de determinados derechos y deberes, no dejará de ser matrimonio, por mucho que Matas trate de calmar las aguas.
Porque si el matrimonio tiene determinados derechos es porque se trata de un bien para la sociedad, que la sociedad reconoce y protege jurídicamente. Y ese bien se produce cuando hombre y mujer deciden unir sus proyectos vitales en apertura a la descendencia. Esa unión perfecciona a los cónyuges y crea estructura social. La unión homosexual, no. Los equipos de fútbol, tampoco. Por eso, no es discriminatorio tratar lo desigual de manera distinta. Pero esto es algo a lo que ni Matas ni Estarás se han atrevido de momento. Por complejos. Porque los guiños al colectivo "rosa" no les darán ni un solo voto. Más bien se los restarán. De momento, ya se han presentado tres enmiendas a la propuesta Estarás. Y el ambiente, lejos de pacificarse, está más que inquieto.
Luis Losada Pescador