Eso para quien diga que las empresas no tienen alma. Según el secretario general para Europa de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Juan Mato, la gran virtud de Rodrigo Rato fue generar "un crecimiento imparable de la autoestima en las empresas españolas". Y fue esa mejora de la autoestima la que provocó el desembarco empresarial en la región llegando a invertir más que los propios Estados Unidos que siempre han considerado la región como su ‘patio trasero'. Doctrina Monroa: América para los americanos.
El proceso sin embargo va a menos. Si la inversión extranjera ha caído en la región, también lo ha hecho la española. En el 2005 esta fue de 3.000 millones de euros, la novena parte de los 27.000 invertidos en 1.999. Sin embargo, la crisis financiera argentina del 2000 provocó un recorte generalizado en la exposición hispanoamericana. Así que el objetivo obviamente es elevar esa presencia.
Mato
añade que Rato fue capaz de generar "confianza y estabilidad" a las empresas y destaca como sus dos virtudes el hecho de su predecibilidad y "haber apoyado a las empresas sin condiciones". Un discurso que seguramente no terminará de convencer a los sindicatos.