Sr. Director:
Dicen las estadísticas que los matrimonios que se disuelven lo hacen tras una media de 15 años de convivencia y dejarán, en más de la mitad de los casos, a menores "huérfanos" de padre.
El matrimonio consagra las nuevas vidas como elementos futuros en los que se cimentará la red humana de la convivencia.
Los gobiernos deben facilitar la creación de un entramado multidisciplinar al que puedan acudir las parejas en apuros. Al fin y al cabo, cada separación es fuente de pobreza espiritual y económica para sus protagonistas y genera pesimismo y falta de confianza social en esta institución.
Pili S. Montalbán
Monpili2@gmail.com