Lo dice el director de contenidos de Criteria Club de Lectores, José Barros, que participará este domingo en un debate sobre el mayo del 68

En estas fechas recordamos el 40 aniversario de los episodios del mayo del 68 francés. Este jueves, la Universidad Complutense reeditó el famoso concierto de Raimon. ¿Cómo se vivió el mayo del 68 en España? ¿Es tan perversa su herencia cultural como sostiene Sarkozy o es tan liberadora como apuntan los seseintayochistas? Responder a estas preguntas es el objeto de El Club de la Palabra (Intereconomía TV) de esta semana (domingo 25 a las 20,30). Participará el historiador Pío Moa y el director de contenidos de Criteria Club de Lectores, José Barros, quien sostiene la realidad del axioma político: cuando el poder relativiza lo sagrado, sacraliza la política. También estará presente Federico Volpini, periodista de TVE y única cámara española presente en los acontecimientos estudiantiles de mayo del 68.

El movimiento anarquista aparentemente espontáneo se saldó con la convocatoria de elecciones anticipadas que lejos de debilitar al Gobierno De Gaulle, le permitieron reforzarse. Tan sólo sirvió para que el movimiento sindical -que se había sumado a la revuelta estudiantil- lograra sustanciales mejoras salariales.

Pero la revolución iniciada por los estudiantes fracasó y muchos de los antisistemas de entonces ocupan hoy puestos de responsabilidad en el sistema que tanto denostaron. ¿El paradigma? Dany el Rojo, Daniel Cohn Bendit, hoy eurodiputado verde en Alemania.

Sin embargo, más allá del fracaso coyuntural y político, mayo del 68 ha dejado un poso cultural. Los estudiantes del mayo francés pedían la supresión de toda autoridad en las aulas, la abolición de los exámenes y la libertad sexual. El mundo occidental no es igual antes que después.

A partir del mayo francés, los partidos comunistas europeos  marcaron cierta distancia con Moscú, los movimientos de izquierdas se anarquizan abandonando las rígidas estructuras mantenidas hasta entonces. Y sobre todo, emergen con fuerza los movimientos feminista, homosexual, indigenista y ecologista, que perviven en nuestros días. Pasados 40 años, el mayo francés sigue siendo un icono de la utopía.

Según Sarkozy, mayo del 68 eliminó la cultura del esfuerzo, el mérito y el respeto a la autoridad. Cohn Bendit responde que sin el mayo francés, no habría sido posible un primer ministro de la república casado en terceras nupcias.

En España el movimiento se vivió con cierta distancia. Aún así, el concierto de Raimon en la Complutense de Madrid es probablemente el mayor icono de esa progresía -dicen los populares- que sigue añorando la comuna. Quizás por eso el rector de la UCM, Carlos Berzosa, ha organizado un nuevo concierto con el cantautor catalán. Nostalgia obliga.