Sr. Director:
Estamos en el mes de Mayo, el mes de las flores, y yo quiero públicamente, ofrecer a la Virgen la humilde flor de mi cariño. ¡Te quiero, Madre! Y, quiero quererte más y mejor cada día. Te pido perdón por la indignación, y hasta por los deseos impropios de un hijo tuyo, que en ocasiones embargan mi corazón ante el hacer, y/o el decir de hermanos míos en tu divina Maternidad. Yo sé bien que no soy quien para juzgarlos, pero no puedo evitar que los criminales actos de unos y las imprudentes palabras de otros, provoquen en mí, indignación, sentimientos e ideas, que me hacen perder la paz y me alejan de ti, por eso te pido perdón para mí, y para ellos.
Con la confianza de un hijo, te pido que hagas llegar a tu divino Esposo, (Dios nuestro Padre) mi gratitud por los padres biológicos que me concedió, (ellos me enseñaron amar y amarte), por mis hermanos de sangre, (con los que aprendí a compartir), por la mujer que ante uno de tus mejores retratos, (el que conocemos como Virgen de la Paloma) me dio por compañera, por los cinco hijos suyos que nos confió a mi mujer y a mí, por mis nueras, por mis yernos, y por esos nietos que tanto alegran mis días, por mis amigos, por los compañeros de trabajo que tanto me ayudaron, en fin ¡por la VIDA!.
Sobre todos ellos, se esparce el amor que amándote, va creciendo en mí.
Con todo cariño, tu hijo.
Juan Escribano
juan_e_valero@hotmail.com