La contabilidad creativa del Zapatismo: Mediapro debe 2.730 millones de euros pero el auditor le permite presentar 146 millones... sujeto a cambios. Si a las cuentas nos atenemos, la situación del grupo monclovita es aún más comprometida que la de PRISA. El multimedia de Roures necesita que Sandro Rosell pierda las elecciones a la Presidencia del Barça. Mientras, Planeta no se apea de la burra: exige un control del 75% para fusionar La Sexta con A-3 TV.
Los dos multimedia más progubernamentales, PRISA y Mediapro, Juan Luis Cebrián y Jaume Roures, estarían en concurso de acreedores si no fuera por los favores gubernamentales. El primero llegó a tener una deuda de 6.000 millones de euros pero las presiones del Gobierno a la banca y el miedo de algunas empresas le han salvado de la ruina.
Un gigante con pies de barro sí, pero mientras tanto, muy útil para ZP.
Jaume Roures, que se define como comunista y anticlerical, acompañado por los Migueles -Miguel Contreras, consejero delegado de La Sexta y Miguel Barroso esposo de la ministra de Defensa, Carme Chacón- ha conseguido crear de la nada, con capital inicial aportado mayormente por los mexicanos de Televisa -a quien no se les permite mandar- un multimedia extraordinariamente agresivo con todo lo que no sea el Zapatismo: progresismo radical y sostenimiento de la estructura de poder del PSOE y del PSC. Las manipulaciones de los informativos de La Sexta y el diario Público hablan por sí solas.
Todo ello gracias al favor gubernamental, que le concedió la última licencia de TV analógica -la clave de todo- al tiempo que le facilitaba el acceso a los derechos de retransmisión (por ejemplo, el Mundial de fútbol de Alemania, vital para su lanzamiento, donde Telefónica, titular de los mismos, tuvo que cederlos a La Sexta por las presiones directas del mismísimo ZP).
Pues bien, con todos esos apoyos, sin arriesgar un euro, Roures se ha convertido en uno de los señores de la prensa. En la última auditoría conseguida por el Grupo, la contabilidad creativa adquiere notas de virtuosismo. Entendámonos, todo la llave del negocio de Mediapro-La Sexta-Público (y otros diarios regionales que va comprando) radica en la producción de espacios para medios afines (el Gobierno le ha facilitado el acceso a la TV pública, donde se dice que la programación la hace la competencia) y, sobre todo, en la venta de derechos de retransmisión, no sólo de cine y series, sino, sobre todo, deportivos.
En definitiva, el imperio de Roures es una bola de nieve creada por el favor de ZP y un verdadero gigante con pies de barro que necesita de la contabilidad relativa para sobrevivir. Por ejemplo, el auditor, para sorpresa de propios y extraños, sólo le reconoce una deuda de 146 millones, con un ligero añadido: 2.584 millones de euros en compromisos de pago, especialmente derechos del fútbol y de la retrasmisión del Mundial de Fórmula 1. En plata, que la deuda real de Mediapro es la suma de ambas cantidades: 2.730 millones. Observen la finura del informe contable: La adquisición de esos derechos lleva inherente la asunción de ciertas obligaciones, ente ellas el pago de aproximadamente 2.583,8 millones de euros. Un pequeño detalle, como quien dice... ciertas obligaciones. Y la banda sujeto a cambios, oiga usted, todo un poema.
¿Es esto legal? Pues lo curioso es que sí. Un contable prudente se rasga las vestiduras pero Roures no es un contable prudente. Así se acoge a la ya famosa, entre los iniciados, norma internacional de contabilidad número 37 sobre provisiones contables, uno de los puntos más ambiguos, equívocos y peligrosos de las IAA (o NIC, si lo prefieren). En cualquier caso, la gestión de Jaume Roures y José Miguel Contreras, editores favoritos del Zapatismo se parece mucho a una especie de estructura piramidal de deuda. Si logran colocar todos los derechos de retrasmisión adquiridos a buen precio, muchos canales se salvarán, si no... En cualquier caso, para una empresa que no tiene activos, sólo derechos por explotar, la situación sólo puede ser angustiosa, mucho peor que la de PRISA. Pero con el favor gubernamental se pueden hacer muchos negocios sin arriesgar un euro.
Ahora mismo, lo que más preocupa a Roures es que Sandro Rosell gane las elecciones a la Presidencia del Barça. Primero porque es un competidor. Como ya hemos contado en Hispanidad, Roures, con Johan Cruyff, se dedica a la compra y venta de futbolistas, un negocio que se parece mucho al de los antiguos mercados de esclavos, sólo que con manumitidos de lujo. Si el convergente Rosell se sale con la suya es muy probablemente que, apoyado por su amigo Florentino Pérez, que exija renegociar los derechos del Real Madrid y Barça, clave de todo el entramado de derechos de fútbol, también para Gol TV y las plataformas de TDT de pago, otro favor del Gobierno a Roures. Lo dicho, un gigante con pies de barro y un rostro pétreo.
Y ojo, porque las negociaciones con Planeta para una fusión entre La Sexta y Antena 3 TV andan atascadas. José Manuel Lara exigió un 80/20 y no está dispuesto a bajar del 75-25, además de exigir que los derechos entren en la negociación. Pero claro, esa es la clave.
En cualquier caso, ya saben: la historia de la ciencia contable tiene dos etapas: antes y después de Roures. En el segundo tiempo, la deuda ya no es deuda: son compromisos de pagos. Y los maestros ya no son maestros: son ingenieros técnicos pedagógicos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com