La cobardía de Zapatero nos lleva a ceder Ceuta y Melilla a Marruecos. Se trata de una situación de emergencia que no se arregla intentando calmar al agresor, sino en positivo, tomando medias como las siguientes:

1. Militarizar Ceuta y Melilla. Mohamed VI no quiere insultar a las policías españolas que operan en la aduana, lo que quiere es anexionarse Ceuta y Melilla. Es el Ejército, no la policía, quien defiende las fronteras, Por tanto, Ceuta y Melilla necesitan militarizarse.

Eso no significa convertir las dos plazas africanas en cuarteles, sino trasladar fuerzas de los tres ejércitos, incluida la legión, con una gran tradición en la lucha contra musulmanes y bereberes, a las dos plazas africanas. Con ello se conseguirían dos cosas: renovar las maltrechas economías de ambas ciudades, con uno de los PIB per cápita más bajos de España y situar a la milicia donde debe estar, en una zona estratégica. No olvidemos que Ceuta y Melilla no cuentan con la protección de la OTAN.

Además, se necesitan más españoles en Ceuta y Melilla. Es sabido que hay algunos barrios, precisamente aquéllos donde los templos cristianos son atacados y profanados,  donde la policía apenas entra.

2. Reducir el número de regulares de origen marroquí en ambas plazas. En el pasado cuando ha surgido un enfrentamiento entre España y Marruecos nos han traicionado: volverán a hacerlo.

3. Invertir en obras de mejora, especialmente en el puerto y aeropuerto de ambas ciudades.

4. Es ridículo que Ceuta y Melilla dependan para su abastecimiento de productos marroquíes. ¿Qué los agitadores de Mohamed VI paralizan los camiones que entran en las dos ciudades? Estupendo: que se dejen de comprar productos marroquíes y se consuman productos llegados desde la Península.

5. Volver a defender los legítimos derechos del Frente Polisario, machacados por la dictadura marroquí. No sólo eso, sino acoger a los grupos opositores que luchan por una verdadera democracia en Marruecos así como a los periodistas perseguidos por el Régimen de Mohamed VI y por las represión de su brutales fuerzas de seguridad.

6. Mientras dure el asedio, cerrar las fronteras de ambas plazas con el país vecino. De paso, planificar la defensa de Ceuta y Melilla y reducir a lo imprescindible la población marroquí en ambas plazas.

7. Vigilar a la población marroquí en España, verdadero gueto que odia al país que les ha acogido. Y, desde luego, aplicar la ley de extranjería a aquellos marroquíes que cometan delitos en nuestros país que se mueven en situación de ilegalidad. ¿O es que alguien duda de que otra de las provocaciones que Mohamed VI tiene por punta de lanza es la quinta columna que existe en España en el gueto marroquí, que se calcula en más de 500.000 personas.

8. En positivo, obligar a la inmigrantes marroquíes a respetar a las mujeres españolas y, mientras residan en España, a las suyas propias. Además, de este modo dotaríamos de contenido al Ministerio de Igualdad. Porque la sorprendente alianza entre el feminismo socialista y los musulmanes que desprecian a la mujer ya canta un poquito.

9. Advertir a las empresas españolas que operan en la zona que dejen de hacerlo o no responsabilizarse de los ataques que puedan sufrir ¿O es que alguien duda que ese será el siguiente paso de la provocación marroquí?

10. Potenciar Ceuta y Melilla, creando en ellas universidades, centros de investigación, ferias y congresos, etc. y como destino turístico.

Son diez medidas de prudencia, que nada hay más imprudente que la cobardía. Mucho me temo que no serán planteadas por Alfredo Pérez Rubalcaba (si te vuelves, te la clava) durante su viaje a Rabat. Y hasta podría ser que, por su seguridad, Rasputín Rubalcaba prometa al Ejecutivo de Rabat retirar a las mujeres policías acusadas por los agitadores de Mohamed VI de maltratar a los pobrecitos marroquíes en el paso fronterizo de Ceuta y Melilla. Todo es posible con un Gobierno tan prudente, es decir, tan cobarde, como el del pusilánime Zapatero.

¿Medidas racistas? En absoluto. Soy partidario de las fronteras abiertas pero también de exigir a los inmigrantes que respeten la cultura, las tradiciones y el modo de vida del país que les acoge. Porque, además, si España es tan racista, ¿por qué hay tantos marroquíes que quieren residir aquí?

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com