Sr. Director:

Respecto a su artículo en Hispanidad "¡Qué buen vasallo si hubiera buen señor!" es muy certero. Con conocimiento empírico de causa lo digo, puesto que soy argentina; de la generación que solo recuerda los gobiernos democráticos.

Sólo quería señalarle una cosa: pregunte a varios argentinos de más de 50 años cuál fue el mejor presidente: muchos de ellos dirán que fue Arturo Illia (al menos, esta fue mi pequeña experiencia), no Carlos Menem, como sugiere usted Respecto a la corrupción durante el gobierno de este último, llegó a extremos obscenos, comparables sólo a los del actual gobierno ruso. Baste mencionar la "mafia del oro", la explosión de la fábrica militar de Río Tercero luego de sospecharse la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, el nombramiento como autoridad de la aduana a un cuñado de Menem, de nacionalidad libanesa (ni siquiera doble nacionalidad) que además no hablaba castellano...

Es verdad que impulsó la privatización de los servicios públicos (como el caso Aeropuertos Argentina 2.000) pero generalmente en maniobras -al menos- turbias, con ausencia de entes reguladores, y en muchos casos (como los subterráneos de Capital Federal) con grandes subsidios que nos hacían cuestionar a los ciudadanos comunes:" si seguimos sosteniéndolos con nuestros impuestos, ¿para qué fueron privatizados?!"

Disculpe la extensión de este mail, no era mi intención hacerlo tan largo, pero a medida que escribía, fui recordando algunos ejemplos.

Para cada caso particular que le mencioné, puede consultar los archivos de los diarios.

Y algo más: no defiendo a Kirchner. No lo avalo. Me parece tan nocivo como Menem. Con éste, sabíamos a quién teníamos enfrente. Con aquél, nos encontramos frente a un totalitario disfrazado torpemente de demócrata.

Ana Sammartino

anitadelvalle@gmail.com