Por vez primera, el discurso del Monarca evoca una posible ruptura de la unidad de España. El concepto empleado es el de "consenso en los grandes temas de Estado". Es una forma de rechazar el social-nacionalismo de Zapatero, y muestra el progresivo alejamiento entre Zarzuela y Moncloa. Además, Juan Carlos I –una novedad en sus mensajes- critica la política de vivienda cara y salarios bajos. Otra originalidad: la TV debe cuidar los contenidos para niños
Ha sido un mensaje navideño (http://www.casareal.es/noticias/news/20071224_mensaje_navidad-ides-idweb.html) verdaderamente original y tremendamente significativo en el actual escenario político español. Podríamos decir que, por primera vez, el Rey Juan Carlos I ve un peligro próximo de disgregación del Estado. Por ello, en términos más perentorios que nunca, exige a los partidos mayoritarios –es decir, al PSOE y al PP- que lleguen a un "consenso sobre los grandes temas de Estado".
Al mismo tiempo, sus palabras revelan el progresivo alejamiento entre Zarzuela y Moncloa –podríamos hablar de una verdadera batalla entre palacios-, con un Rodríguez Zapatero cuyos experimentos para aislar al PP, han acabado por poner nervioso a un jefe del Estado que siempre se ha entendido mejor con los socialistas que con los populares (especialmente con Felipe González). La gota que ha colmado el vaso de las malas relaciones entre Juan Carlos I y ZP ha sido la actitud blanda del primer ministro ante el caudillo venezolano Hugo Chávez (la televisión venezolana ha emitido un mensaje, antiguo en Youtube, de burla de los mensajes navideños del Rey), aunque la crítica de fondo de La Zarzuela es al social-nacionalismo, o alianza del PSOE con los nacionalistas catalanes y gallegos, con deseos de extenderse al nacionalismo vasco, los tres de matriz independentista. Por cierto, mientras S.M. se dirigía a lso españoles, ETA colocaba una bomba en una casa del pueblo en Balmaseda (http://hispanidad.com/noticia_ep.aspx?ID=20071225135509).
Es la primera vez que el Monarca se sitúa decididamente enfrente del Gobierno, al considerar, como se comenta en círculos monárquicos, que ZP ha trasladado la línea roja y se sitúa al borde mismo de la Constitución y, con ello, se entromete en el terreno del Jefe del Estado, cuya principal derecho y cuya principal deber consiste en... mantener el Estado. Traducido al cristiano: mantener la unidad de España.
Es de esperar que ZP, un personaje dotado de un fino olfato político, reacciones de inmediato, pues las elecciones están próximas. Sobre todo si consideramos que, tras el viaje a Ceuta y Melilla y el enfrentamiento con Hugo Chávez, el monarca se ha rehabilitado frente al pueblo español.
Por otra parte, el Rey de España ha mostrado otra originalidad en su Mensaje navideño: ha criticado los salarios bajos y la vivienda cara. Si hubiese añadido una crítica a los altos impuestos, habría redondeado el trípode de puntos flacos, no sólo de la política económica de ZP, sino también de la anterior de Rodrigo Rato y José María Aznar, que ambas se parecen como dos gotas de agua.
Tampoco es habitual que el Monarca entre en una crítica directa a los medios informativos, en concreto a los canales televisivos, con su alusión a la procacidad de sus programas, especialmente en horario infantil. Al parecer, hasta el Monarca es consciente de este tumor habitual que está corroyendo a la sociedad española. Por el momento, el Ejecutivo Zapatero no ha tenido mucho éxito en esa misma petición a los editores, entre otras cosas porque su autoridad moral en la materia es mínima, dado que entre los canales más rijosos se encuentran los mas próximos a La Moncloa, como Tele 5, La Sexta, Cuatro o el propio ente público RTVE, que en nada se diferencia ya de las privadas en cuanto a vulgaridad.
Veremos si al Rey le hacen más caso.