Esto es lo que publica Hispanidad apenas dos horas antes de que el Banco de España hiciera pública su resolución sobre la CAM, en la que adjudicaba gratis -perdón, por un euro- la entidad levantina al Banco de Sabadell. Su presidente, Josep Oliú ha hecho el negocio del siglo y los peores temores que expresábamos en nuestra anterior crónica se han cumplido. Le conceden una entidad que multiplica su tamaño por 0,5% y con un seguro a todo riesgo ante imprevistos futuros. Y aún no sabemos si encima el gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) ha aceptado las dos propuestas de Oliú, propuestas de ingeniería financiera (preferentes y 'goodwill') para salvar la capitalización.
No se pierdan el mentiroso documento del Banco de España sobre la adjudicación de la subasta a la que sólo acudió el banco catalán. MAFO ha vuelto a repetir la histórica mentira bancaria de su antecesor Mariano Rubio, cuando evaluaba el coste para las arcas públicas del saneamiento de entidades afectadas por la crisis de los años ochenta del pasado siglo.
Asegura que tendrá un "impacto nulo sobre la ejecución presupuestaria del Estado". Por supuesto, sobre la ejecución sí, sobre el dinero vaya que va a tener impacto, un impacto salvaje. Y es que la aún vicepresidenta Elena Salgado se ha empeñado (contra el parecer de MAFO, todo hay que decirlo) en borrar de las cuentas del Estado 2011, su último balance, el que entregará al Gobierno del Partido Popular, los 5.249 millones de euros con los que se capitalizará la CAM para que no quiebre (que hubiera sido lo sensato: liquidarla). El truco consiste en borrar esa cantidad de las cuentas del FROB y endosársela al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Este organismo pondrá esos 5.249 millones de euros y luego le entregará la CAM al Sabadell por un euro. Así también saneo yo.
El FROB es Tesoro público en su totalidad manifiesta mientras que el FGD es un seguro que los bancos dotan según tamaño para afrontar crisis. Ahora bien, el FGD es un fondo que se ha quedado sin fondos. Todo ha sido utilizado para salvar a la Caja Castilla-La Mancha, la primera en caer, de la quiebra. Al igual que hiciera Mariano Rubio el pasado siglo, el Estado tendrá ahora que adelantar dinero -que no computará en 2011- para adelantar la milmillonaria reforma que los bancos irán dotando a lo largo de muchos, muchos años, al ritmo del 3 por 1.000 de sus depósitos. Por eso, Salgado estaba obligada a subir la aportación -lo hizo en el penúltimo Consejo de Ministros de la legislatura, el pasado viernes- del 2 al 3 por 1.000. Con eso no ahorraremos mucho, se lo aseguro, pero, al menos, si alguien hace el cálculo, no se encontrará con que costará un par de generaciones recuperar el equilibrio financiero del FGD sin algo menos: generación y media. ¡Qué cara más dura doña Elena! ¡Qué mentiroso es usted, señor gobernador!
Más mentiras de la gran estafa. El Sabadell no aportará un duro e incluso la nota del supervisor no aclara si los dos trucos de ingeniería financiera propuestos por Oliú para cubrir el coeficiente de recursos propios, le han sido admitidos. Sin embargo, asegura que el Estado se hará cargo (esquema de protección de activos, EPA) del 80% del total de pérdidas que puedan aparecer. Oculta de forma pudorosa que esa cantidad ya está pactada en 24.000 millones de euros y el 20% restante ya se encargará el Sabadell de amortiguarlo con venta de activos de la CAM, que también los tiene.
También, sin concretar cifras, y tal como Hispanidad había anunciado, el Banco de España comunica que el FROB facilitará liquidez: acceso de fuentes de financiación. Se lo decimos nosotros: lo solicitado se eleva 14.000 millones de euros.
Pero la liquidez no es financiación, no tiene coste. ¿Quién lo ha dicho? Tiene el lucro cesante de que el Estado, el Banco de España, el FROB, como quieran ustedes decirlo, empantana ese dinero, del que podría haber obtenido una estupenda rentabilidad.
Y lo peor, la decisión del Gobierno sienta el peor precedente posible para el resto de entidades en crisis. Los españoles van a pagar impuestos durante lustros para sufragar la reforma bancaria de Rodríguez Zapatero, que deja la de Felipe González de los años ochenta en chocolate del loro.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com