El sacerdote fue secuestrado por un comando armado la noche del 21 de diciembre en la cabecera municipal de Ciudad Altamirano, considerada como el centro político de la Tierra Caliente de Guerrero.
Se trata de otro caso más de inseguridad ciudadana en México, verdadera lacra que azota al país azteca y ante el cual, el presidente Enrique Peña Nieto está demostrando su incapacidad para arreglarlo.
Este caso se une al de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala (Estado de Guerrero), que todavía no ha sido resuelto satisfactoriamente para sus familiares y que está desgastando políticamente al actual Gobierno mexicano.
Ademñas, en México, durante los últimos 24 años se han cometido 47 ataques contra miembros de la Iglesia Católica, de los cuales 45 son delitos menores y 2 corresponden a sacerdotes desaparecidos de los que no se tiene ninguna noticia. Estos datos indican, por desgracia, que México se ha convertido en el país más peligroso de Hispanoamérica, donde ejercer el ministerio sacerdotal a día de hoy, recogió Fides.
José Ángel Gutiérrez
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