• Empieza a limpiar su reputación, mientras crece la indignación en su país por la complicidad de su partido con la corrupción.
  • Las protestas por el 'caso Iguala' se entrecruzan con el escándalo de la mansión de su mujer o la sospechosa adjudicación del AVE a un grupo chino.
  • En contra de una práctica poco frecuente en el país, explica que tiene cuatro casas, terrenos, obras de arte, inversiones financieras…
  • La duda cala entre los mexicanos, que ya no saben si el problema está en el presidente o en el PRI, que gobierna sus destinos.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto (en la imagen junto a su mujer, Angélica Rivera), ha preferido empezar por él mismo -publicar su patrimonio como gesto de transparencia- para contener la ola de indignación que sacude el país desde la desaparición y asesinato de 43 estudiantes en Iguala (Estado de Guerrero). Y es que la espiral de violencia y corrupción que abruma a los mexicanos desde entonces no es ninguna broma. Está acabando con su paciencia mientras crece el cabreo por las complicidades que se van destapando entre los distintos poderes: económico, político, judicial, legislativo. Ya no saben, y eso es lo más grave, si el problema es de la presidencia o del propio PRI, que ha vuelto al poder tras dos legislaturas del Partido de Acción Nacional (PAN), las de Vicente Fox y Felipe Calderón. Recuerden que el PRI es el partido omnipresente que ha gobernado los destinos del país, salvo en el paréntesis del PAN, desde 1929.

Peña Nieto ha desvelado este miércoles que su fortuna suma 2,9 millones de euros. No estaba obligado a hacerlo, pero no le que ha quedado otro remedio. La presión popular es demasiado fuerte (hay manifestaciones a diario) y todo el país está bajo sospecha. A la conmoción por el 'caso Iguala' han seguido otros escándalos y el horno está para pocos bollos más.

La prensa se ha hecho fuerte, además. Ha publicado ya la investigación sobre la mansión de lujo, de casi seis millones de euros, en la que vive la familia Nieto. De nada sirvió que el portavoz presidencial se apresurara a explicar que la propiedad era de la esposa del presidente, la ex actriz Angélica Rivera, que la estaba pagando religiosamente gracias a sus ingresos millonarios anteriores en Televisa. Finalmente, la señora Rivera ha decidido ponerla en venta para limar asperezas.

Entre tanto, también saltó a la opinión pública la sospechosa adjudicación a un consorcio chino del tren de alta velocidad (China Railway), frente a otros competidores que no son poca cosa: Siemens, Bombardier, Alstom o Mitsubishi. Ojo, el proyecto, uno de los más ambiciosos del país, superaba los 3.000 millones de euros. Pero el 'tren bala' chino se estrelló, para cabreo del gigante asiático, cuando el Gobierno se vio obligado a dejar sin efecto el concurso para disipar dudas.

La última guinda del pastel es el patrimonio desvelado hoy por Peña Nieto, no el de su mujer -ella no tiene porqué-. Es el último gesto, poco frecuente -sólo lo han tenido Fox y Calderón-, para salir al paso, como quien dice, de la que se está armando.

Según su declaración, su patrimonio asciende a 48,5 millones de pesos, unos 3,6 millones de dólares, unos 2,9 millones de euros. Peña Nieto confirma que el presidente es dueño de cuatro casas, un apartamento, cuatro terrenos, joyas, relojes y obras de arte. También posee inversiones financieras, cuentas de ahorro, seguros de retiro, monedas y metales valiosos.

Rafael Esparza

rafael@hispanidad.com