El bañista estadounidense Michael Phelps se instruye, tras lograr en los Juegos Olímpicos de Pekín ocho medallas de oro, para tornarse en uno de los nadadores más afamados del universo. Se ha trocado en un paradigma mundial.

Atendió un timbrazo del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, quien le exhortó a que ciñera a su mamá. Pudo levantar hasta las nubes sus triunfos, con un refrigerio con su madre y hermanas. No consumió ningún tipo de refresco etílico.

Phelps aseveró que saldrá para Londres, capital anfitriona de los futuros Juegos Olímpicos 2012, y acudir al relevo oficial de la sede olímpica. Antes pasará por el instituto donde es profesora su madre.

Después de su gran travesía por los Juegos Olímpicos de Pekín, Michael Phelps, se ha trocado en el bañista más acosado por los grandes anunciantes. Los duchos en comunicación lo valoran, como prescriptor publicitario, en unos 30 millones de dólares anuales.

"El dinero no cambiará mi vida, seguiré siendo el mismo de siempre y rezaré para llegar, en la mejor forma posible, a los Juegos Olímpicos de Londres 2012", afirmó.

Clemente Ferrer Roselló

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