El Banco de España empeñado en liberalizar cajas, último baluarte del sector industrial español

Prosigue la campaña de MAFO para convertir las cajas en bancos. El supervisor aprovecha la crisis financiera para apretar a las cajas a las que se permite enjuagues contables. La Inspección le permite al sector bancario la conversión de créditos morosos en activos inmobiliarios o cartera de inversión. El ‘caso CAM' demuestra que las cuotas participativas son una auténtica castaña bursátil.
Alemania acaba de aprobar un proyecto de ley para conminar a los fondos soberanos, fondos de pensiones extranjeros y ‘hedge funds' que pidan permiso al Ejecutivo para sobrepasar el 25% en sectores estratégicos "en pro de la seguridad nacional". Se trata del modelo alemán de proteccionismo. El Estado no tenía nada, pero los ‘lander' sí. Por ejemplo, Wolkswagen propiedad del lander de Baja Sajonia. El tema no coló, así que ahora los alemanes lo intentan por la vía de la protección de la seguridad nacional. Un argumento de peso, sólo que nadie sabe en qué puede afectar la seguridad nacional Deutche Telekom o Siemens.

El caso es tener la sartén por el mango y el mango también. Este es el modelo alemán. El italiano consistió en convertir a las cajas en bancos, pero conservar la propiedad estatal de Enel y Eni. Y a la vista del ‘caso Endesa', la cosa no le ha ido mal.

El paradigma del proteccionismo es el francés. Primero: ni privatizo ni tengo fecha de privatización. Segundo: cada vez que una empresa francesa tiene problemas, la protejo. Nada que comprarme Suez, la fusionó con Gaz de France. Nada de ir al acecho de la banca francesa ahora que hay problemas. Es interés general. Nada de tratar de hacerse con Danone: es una industria estratégica. O sea: proteccionismo porque soy francés.

Los únicos que de verdad han privatizado han sido los británicos. Eso sí, la City londinense tiene que ser el gran centro financiero de toda Europa. Y España, se hace la liberal, con resultados bien conocidos. El fracaso del caso Endesa es el paradigma. La eléctrica se renacionaliza con pasaporte italiano nueve años después de haber sido privatizada.

El siguiente paso es atizar a las cajas. Es verdad que están politizadas. Y también es verdad que su compromiso industrial introduce un doble riesgo. Pero las cajas son hoy por hoy el último baluarte de la defensa de la industria española. Y dicho de otra manera: el gran grupo industrial español se llama La Caixa. Y el segundo: Caja Madrid. Y más: Iberdrola mantiene su ‘vasquidad' española gracias al apoyo de 16 cajas de ahorros que exigen dividendo e inversión, pero garantizan el control nacional.

El asunto no gusta nada al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO). Así que la cruzada ha empezado pero obligar a tener control de mercado. Es decir que las participaciones sean ‘contrastadas' por el mercado. Una chorrada porque las cajas lo único que han hecho ha sido paquetizar y sacar al mercado el holding industrial, asegurando que siempre controlarán al menos el 51%. Por eso Criteria no ha terminado de tirar. El inversor prefiere comprar Repsol a una participación de Repsol a través de Criteria.

Y lo mismo cabe pronosticar de Cibeles. El inversor especula mejor con una Iberia que con un porcentaje de Iberia con otras cosas que forme parte del holding industrial en Caja Madrid. Pero la autoridad exige control de mercado: dos tazas.

La segunda parte del acoso a las cajas pasa por las cuotas participadas. Más control de mercado con una estación ‘termini': acabar reconvertidas en bancos como ocurrió en Italia. Las cajas se resisten, pero la debilidad de la Caja de Ahorros del Mediterráneo no ha dejado margen para oponerse a MAFO. La experiencia ha sido una castaña. ¿Por qué? El valor económico es muy inferior si no existe valor político, si no puedo presionar para que eleven el dividendo con la destitución del presidente. Por ejemplo.

Así que la cosa ha ido tan mal que MAFO ha ordenado a las cajas que salgan al rescate de las cuotas participadas de la CAM para evitar la debacle. De otra manera no se entiende por qué las cajas compran bonos de su competidora. Pero MAFO tiene con qué negociar. Al fin y al cabo le ha permitido al sector financiero español enjuagues contables para evitar las caídas. El máximo enjuague es la reconversión de créditos morosos en activos inmobiliarios. O cartera de inversión (véase caso Banesto). Así que si yo permito heterodoxias, ahora me obedecéis. Y en esas estamos. MAFO empeñado en que las cajas sean bancos y se deshagan de su cartera industrial. España debe ser un país de PYMES. ¿Y la industria? Para eso están franceses y alemanes. Muy liberal, pero muy asimétrico con las prácticas de nuestros socios comunitarios.