Por el momento el Gobierno español no contempla ayudas a Figueruelas ni los sindicatos el cierre

La planta de General Motors en Figueruelas ha recibido un balón de oxígeno. Tras el éxito de la campaña de achatarramiento en Alemania y un cierto repunte de las ventas en Italia, los días de ERE previstos en la factoría de Opel para marzo se han suspendido.

En la central de General Motors en Detroit este viernes se habla de declarar la multinacional en bancarrota. Pero desde el Comité de Empresa de la planta no se contempla el cierre. Prefieren ser optimistas y pensar que el grupo europeo se salvará. El presidente de GM-Europa, Carl-Peter Foster, insinuaba el jueves que el Gobierno español ayudará a evitar que la factoría se venga abajo. No obstante, de ella dependen 17.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos.

En el Comité de Empresa de Figueruelas confían en que, si los planes de rescate son viables, los Gobiernos europeos accedan a ayudar. Se han dirigido también al Gobierno español, que por el momento sólo hace ejercicios de cintura y asegura que quiere participar en un marco de diálogo con la mayor coordinación posible. Bonito, pero sin hablar de dinero.